Plan de fuga: 8 días en Marruecos

¿Un gran sueño? Largarnos donde nadie nos encuentre. Te proponemos un plan de fuga asequible al único lugar que nos puede llevar muy muy lejos estando muy muy cerca.


Hasta hace muy poco, en el mundo había unos 27 países donde por motivos culturales y religiosos la Navidad ni se celebraba ni se esperaba. Cuando en Occidente esta tradición cristiana empieza a resultar empachosa, van en esos lugares taoístas, hebreos, musulmanes e hinduistas y comienzan a cantar villancicos. Viene a ser como lo nuestro con Halloween. Pecados de globalización. No quiero decir que debamos huir de la Navidad pero, si te apetece, tenemos un plan: Marruecos en ruta de largo recorrido y al volante de un todoterreno. Durante ocho días vamos a hacer 1.350 kilómetros de ida y vuelta, atravesando el Atlas, cruzando oasis y desiertos, para perdernos. Con tiempo, podríamos plantearnos cruzar el Estrecho en nuestro propio coche, pero las vacaciones de Navidad no dan para tanto. Así pues, comenzamos por reservar billete de avión a Marrakech.

MArrakech

DÍA 1. MARRAKECH

Podrías recoger el 4×4 en el mismo aeropuerto pero mejor darnos el placer de pasar al menos un día en esta ciudad maravillosa para recorrer la Medina, pasear sus calles de artesanos del cuero y del latón, tejedores y tintoreros y perderte en la plaza de Jemaa El Fna y el zoco. Allí mismo, al atardecer, siéntate en la terraza del Café de France y disfruta del espectáculo. No te vuelvas loco buscando alojamiento: sin salir de la Medina tienes el Riad Palacio de las Especias (www.palaciodelasespecias.com). Sus propietarios españoles te van a facilitar la visita y es probable que ante tales escenarios y hospitalidad no quieras dejar Marrakech. Pero el plan es que huyas en tu 4×4. ¿Recuerdas?

DÍA 2. EL ATLAS

Ponte al volante e introduce Asni en el GPS. Viajamos a los pies del Atlas por un paisaje espectacular de colinas onduladas en dirección a los picos más altos de la cordillera africana. Vamos del verde de las huertas y valles a zonas escarpadas. A medida que comienza la montaña, los desfiladeros y las gargantas provocan vértigo y misterio. Un niño surge como una aparición tras un risco. No pasan muchos coches por aquí. Entramos en territorio bereber, en una zona aislada y casi inaccesible que ha preservado las raíces y la cultura de este pueblo. Las aldeas se funden en ocre crudo con las faldas de las montañas. Después de una hora aproximada de viaje llegamos a Asni, y nos adentramos al Parque Nacional Toubkal; y ahí, en un mirador privilegiado, nuestra primera parada. El antiguo fortín bereber Kasbah Tamadot te dejará sin aliento. Es una de las diez joyas hoteleras del magnate Sir Richard Branson, creador de Virgin. Un gran vergel cuyos olores y colores engrandecen su deliciosa arquitectura, cuidada con mimo y arropada con las últimas tecnologías. 24 habitaciones, 6 de ellas jaimas de lujo. Si decides pasar la noche, no dejes de observar las estrellas desde los telescopios de la biblioteca. (www.kasbahtamadot.virgin.com)

DÍA 3. OUARZAZATE

Desde Kasbah Tamadot aprovechamos para atravesar la cabeza norte del Parque Nacional Toubkal, y durante una hora vivimos escoltados por montañas en la aventura de un paisaje donde las aldeas cuelgan su arquitectura en cajas por las lomas. llegamos a Ourika, a partir de aquí tenemos 20 minutos de carretera amable hasta Ait Ourir, donde tomamos la N9 que nos llevará en dos horas a Ouarzazate. El viaje nos proporciona el placer de pasar del Norte del Atlas hasta el Sur atravesando el puerto de Tizi-n-Tichka, más de 2.000 metros. La carretera depara sorpresas, tan pronto estamos en tierra árida y de pedruscos, como pasamos junto a oasis con palmeras. A 20 kilómetros de Ouarzazate, en Tazentoute, se exige un desvío para llegar a Kasbah Aït Ben Haddou, patrimonio de la humanidad, donde quedarás hipnotizado por la alcazaba. Es de película, dirás, y sí, lo es, aquí se han rodado escenas de La Momia, Gladiator, Babel y otra quincena de títulos; de hecho, aquí están los famosos y gigantes estudios cinematográficos Atlas (www.studiosatlas.com). Tras echar el día en las visitas vamos directos a nuestro alojamiento en Ouarzazate. En la Kasbah de Taourirt se encuentra Dar Kamar, un encantador hotel con restaurante construido en la rehabilitación del antiguo Palacio de Justicia. Doce habitaciones y dos suites, un hamman y unas terrazas de ensueño sobre el oasis se encargan de que el viajero se sienta mejor que el Pacha Glaoui, al que perteneció el palacio en el siglo XVII. (www.darkamar.com).

DÍA 4. OUARZAZATE Y HARA-OASIS

Vistos los alrededores de Ouarzazate, aprovecha un rato de la mañana para recorrer el centro de esta encrucijada de caminos. Camina por la Avenida Mohamed V y por la peatonal del «Príncipe»; hay ambiente, tiendas, restaurantes. Dejamos Ouarzazate con tiempo suficiente para recorrer de día los 70 km hacia el sur que nos llevan por los fascinantes paisajes de los cañones del Draa. Vamos hacia Agdz a vivir una experiencia única, donde realmente estaremos muy lejos de la Navidad€ y de todo. El plan es pasar un día en el Ecolodge Hara-Oasis. Lo dice todo su nombre, pero para enfocarlo mejor, hazte a la idea de que hay un mundo donde la naturaleza impera y te permite convivir con ella en el mayor palmeral del mundo, donde no existe el tiempo, y la noche se disfruta bajo la luna, las estrellas y a la luz de las velas. Adéntrate en las ruinas de la ciudad fantasma de El Hara y, a partir de ahí, habrá un antes y un después. Comienza un viaje como jamás has vivido. Bungalows con encanto, exteriores de cuento. No hay más música que los sonidos de la vida, el viento, el río, las ranas, los pájaros€ Estás en un hotel, no es un sueño. Ahora, solo tienes que sentirte en comunión con la naturaleza, y vivirlo.

DÍA 5. LA AVENTURA DE HARA-OASIS

El oasis proporciona dosis de riqueza. Nada como sentir la pureza del vergel en pleno desierto para palpar la energía y armonía a la que pertenecemos. Y si a esto le añadimos complicidad con el entorno, la experiencia puede ser sublime. Ahí fuera elige actividad: tienes montañas volcánicas para escalar, la ribera del Draa para nadar y pescar, mares de dunas que explorar€ y fotografiar. (www.hara-oasis.com).

DÍA 6. HACIA KASBAH OUZINA

La frontera y el desierto. Emprendemos viaje hacia el Este de Marruecos, a la frontera con Argelia, para ello vamos hasta Sijilmassa, y de allí a Taouz, donde termina la N13 y comienza una hora de viaje hasta Kasbah Ouzina, el desierto en estado puro. Ouzina tiene 21 habitaciones en armonía con el espíritu bereber y en la cocina de su restaurante hay sabores tradicionales. Todo se imbuye del alma de los nómadas y del desierto. (www.ouzina.com)

DÍA 7. LA FIESTA DE LA DUNA, LA NOCHE EN EL DESIERTO

El día en el desierto tiene su tiempo, estamos en manos de la tierra. A partir de ahora las hamadas -zonas pedregosas y rudas-; los chotts -extensos depósitos salinos-, las montañas y los lechos de los ríos secos serán el contraste con el horizonte de dunas. No hay otro modo de adentrarse que en 4×4. Y las propuestas de rutas son numerosas. Kasbah Ouzina organiza la posibilidad de que el día termine en una jaima entre las dunas, viendo constelaciones en la inmensidad de la noche y durmiendo bajo ese cielo, puede que el más grande que hayas visto jamás.

DÍA 8. EL REGRESO

Una opción es hacer 600 kilómetros remontando el camino de ida y continuar por la N9 desde Ouarzazate a Marrakech. Pero la más aventurera y casi obligada es llegar a Tinghir. Merece la pena, no solo si tu espíritu aventurero incluye pasión por la escalada, también por ser uno de los puntos más espectaculares de Marruecos gracias a las gargantas del Todra. Pasearás por un cañón estrecho de paredes verticales, altas de 300 metros, que se prolonga 18 km ensanchando en su tramo final. Una opción para cena y sueño es el Riad Timadrouine, situado entre las gargantas del Todra y el Dades (www.riadtimadrouine.com).

Al día siguiente, Marrakech de nuevo… y tu vuelo. ¿De verdad quieres regresar? Por cierto, Feliz Navidad.

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