Muchas veces escucharás ciertos ruidos en tu coche o te dará la impresión de ser menos de lo que te habían prometido. Pero lo cierto es que antes de salir al mercado, la mayoría de los vehículos se someten a duras pruebas de fiabilidad.
En el caso particular de Seat, un equipo de 50 técnicos e ingenieros del Centro Técnico de la marca española recorre los cinco continentes a lo largo de todo un año buscando y probando todo tipo de condiciones climáticas y pavimentos, con coches en fase de desarrollo para garantizar su buen funcionamiento antes de que salgan al mercado.
Durante semanas, los ensayos se realizan en lugares con temperaturas que oscilan de los 40 grados bajo cero a 45 grados positivos. En verano, por ejemplo, se desplazan durante tres semanas a una zona desértica del sur de España para realizar el denominado Summer test. En este caso, los técnicos recorren unos 20.000 kilómetros para cada modelo. Pero además, se llevan a cabo pruebas en otros países el mundo que tienen unos requerimientos específicos, e incluso a veces, el ingeniero puede llegar a estar a más de 60 grados en el interior del vehículo.

Todos los ensayos tienen un objetivo práctico para el cliente. Un ejemplo es la prueba de polvo, en la que durante dos horas se circula detrás de una intensa polvareda provocada por un coche de apoyo con el objetivo de saber cada cuánto tiempo hay que cambiar el filtro del aire del motor. En este mismo terreno se realizan otro tipo de pruebas de estanqueidad para garantizar que, incluso en tales situaciones extremas, no entra polvo en el interior del coche ni en ninguno de sus componentes.
Hasta 3.000 kilómetros se recorren en una pista de grava en otro de los ensayos que se realizan, en esta ocasión para analizar los impactos que ocasiona la gravilla en toda la zona de los bajos, pasaruedas, zona exterior y posterior del parachoques. En el test de klapper, los ingenieros comprueban mediante un oído humano muy entrenado, y a veces con el soporte de la endoscopia, que en una superficie irregular las más de 3.000 piezas que componen un coche no provocan ruidos molestos para los ocupantes.