El problema es que al no estar correctamente ajustadas, en un caso extremo las luces pueden desprenderse, con el consiguiente peligro en marcha por la pérdida de visibilidad.
El incidente afecta tanto al Cayenne básico como a los Cayenne Turbo, S y S Hybrid, fabricados entre el 8 de marzo de 2010 y el 31 de enero de 2012. Además, Porsche está ahora volviendo a trabajar sobre unas 100.000 unidades que todavía se encontraban en la línea de producción, para evitar más incidencias y detectarlas antes de distribuir dichos coches.
La reparación consistirá en volver a fijar adecuadamente el bloqueo de las ópticas, y la marca estima que es algo que no llevará más de 45 minutos en el taller. Porsche también afirma haber descubierto el problema gracias a sus estudios de calidad. Recientemente, un informe de la consultora J.D. Power colocaba a Porsche como la marca europea más fiable según los usuarios estadounidenses, segunda en el ranking absoluto sólo por detrás de Lexus.