El Kia Optima no es ni mucho menos un recién llegado al panorama automovilístico: fue presentado en el Salón de Nueva York de 2010 y lanzado en Corea en mayo de ese mismo año. En estos momentos se vende allí y en Estados Unidos, de modo que ya circulan por el mundo unas 220.000 unidades. Pero Europa será sin duda el mercado más duro para una berlina de 4,83 metros… coreana. Por eso Kia ha preferido ir con pies de plomo y lanzarlo paso a paso: en enero llega el 1.7 diesel de 136 CV, pero el 2.0 gasolina de 170 CV no aterrizará hasta el segundo trimestre de 2012, dejando el Optima Hybrid para la segunda mitad del año… y asociando el motor eléctrico al citado 2.0, en vez de al 2.5 con el que actualmente se comercializa un Optima híbrido en Norteamérica.
Si te ha gustado su original diseño, no eres el único: su estética ha sido merecedora de tres premios, entre ellos el Red Dot Design que también ostenta el Soul, y que se entrega a todo tipo de productos industriales. La comercialización del Optima en Europa tenía que haber empezado en diciembre, pero el retraso de un mes a provocado que Kia no facilite aún datos sobre precios y equipamiento. Eso sí, podemos adelantar que a nuestro país llegará un único acabado muy equipado, al que se le podrán añadir distintos paquetes de equipamiento. Como cifra orientativa, ese equipado Optima 1.7 VGT diesel tendrá un precio base de entre 24.500 y 26.000 -. También hemos podido saber que los interiores que llegarán a España serán el negro y el beige -todos los interiores del Optima tendrán cuero-.
Por dentro: agradable sorpresa
El interior del Optima está a la altura del de cualquier rival europeo. Los materiales del salpicadero destacan por su calidad, con plásticos mullidos y ajustes excelentes. Pero una de sus mejores bazas es la postura de conducción, gracias a lo fácil que es adaptarla para cualquier persona: permite conservar una posición deportiva, rebajada, sin perder visibilidad. Hay muchos otros detalles que se agradecen, como los asientos con memoria, cuyos botones se encuentran cerca del tirador interior de la puerta, o el fácil manejo del ordenador de a bordo: en vez de manipularse mediante levas tras el volante -lo habitual es encontrarlo junto a los mandos de los intermitentes o los limpiaparabrisas- basta con pulsar el botón -Trip- en su parte inferior para cambiar la información que en ese momento se muestra. Por su parte, los mapas del navegador integrado que montaba la unidad eran complicados de interpretar, pero habrá que esperar a conocer los datos de equipamiento del Optima para el mercado español.
En marcha: divertido y con aplomo
Una vez a los mandos, la impresión general se mantiene positiva. El diesel 1.7 de 136 CV con el que el Optima va a
desembarcar en el mercado se muestra ligeramente brusco a bajas velocidades, en la conducción por ciudad, pero en cuanto suben las revoluciones mantiene un ritmo muy bueno en cualquier tipo de carretera, incluso en las peores cuestas. Si dejamos a un lado el motor, el Optima sufre un vicio típico de los modelos asiáticos: la dirección es una gran ayuda y sumamente precisa, pero resulta no sólo blanda, sino tan ligera que transmite cada imperfección del asfalto. La suspensión ha sido muy bien afinada, firme pero sin afectar a la comodidad que se le exige a una berlina como el Optima. En cuanto al cambio, el plan de Kia es que se pueda escoger entre manual y automático sin importar motorización ni pack de equipamiento: la caja manual es un poco dura, pero por otro lado permite extraer más del diesel que la automática, ligeramente lenta.