Fiel a la tradición, MINI ha incluido una variante John Cooper Works en la tercera generación de su coqueto modelo. Se posiciona como la más prestacional de la gama, gracias a un motor de 2,0 litros y 231 CV, asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades o a otra automática, también de seis relaciones. Tras ponerlo a pruena tanto en las serpenteantes carreteras de Mallorca, como en el exigente circuito de Llucmajor, el resultado ha sido realmente sorprendente…
Carácter dulcificado
Frente al anterior John Cooper Works, el nuevo modelo cuenta con unos ajustes de la suspensión bastante menos ´radicales´, por lo que el confort de marcha se ve claramente beneficiado, sobre todo, en carreteras en mal estado. Además, resulta más sencillo de conducir, ya que presenta unas reacciones menos bruscas y, por tanto, más aptas para todo tipo de conductores… al menos, con las llantas de 17 pulgadas que equipa de serie. El cambio automático con convertidor de par responde con presteza en sus dos posibilidades de uso –automático o manual secuencial– y resulta una posibilidad a tener en cuenta, pese a tener un notable sobreprecio –1.950 euros–. A cambio, el consumo medio se reduce en un litro frente a la variante manual –de 6,7 a 5,7 l/100 km–, algo que, a largo plazo, puede suponer un importante ahorro.
Otro aspecto en el que sobresale frente a su antecesor es por la presencia del control dinámico de la conducción MINI Driving Modes, con tres modos predefinidos: MID, SPORT y GREEN. El primero es el activado por defecto, el más aconsejable para la conducción diaria. El segundo modifica la respuesta del motor , del acelerador, del cambio automático y de la dirección con asistencia variable Servotronic, de forma que la respuesta es más inmediata; además, el sonido del motor se hace más palpable, con los clásicos ´petardeos´ del escape al cambiar de marcha. Mientras, el modo GREEN se da prioridad a la eficiencia, activando algunos sistemas de ahorro de combustible, como el que desconecta el motor de la transmisión al levantar el pie del acelerador –se reducen los rozamientos y reduce el gasto de combustible–. Es muy recomendable para circular por autopista y autovía a ritmo sostenido, donde es posible obtener consumos muy bajos, casi impropios para un vehículo del potencial del MINI John Cooper Works 2015.
Adicionalmente, es posible equipar un sistema de suspensión de dureza variable DCC, que permite elegir entre dos reglajes, uno más confortable y un segundo más rígido, La diferencia no es muy apreciable sobre asfalto en buen estado, pero sí se hace más evidente sobre firmes rotos. Su precio no es muy elevado -525 euros-, pero no resulta imprescindible.
´Carne´ de circuito
Pero quien piense en una versión tan especial busca disfrutar de sensaciones al volante y, por qué no, rodar en una pista cerrada al tráfico. En este terreno, el MINI John Cooper Works sigue mostrando unas grandes cualidades, pese a que resulta mucho menos exigente que su antecesor. En este sentido, 
tiene mucho que ver el control electrónico del diferencial (EDLC), que actúa a modo de autoblocante, impidiendo que se escape la fuerza por la rueda que tiene menos tracción. Su funcionamiento es tan bueno que permite desconectar por completo las ayuda electrónicas –dejando pulsado durante 5 segundos en botón ubicado en la consola central- sin que se aprecie una gran variación en el comportamiento del vehículo. Además, el MINI John Cooper Works viene equipado de serie con un equipo de frenos desarrollado por Brembo, que muestra un elevada eficacia y un gran resistencia al calentamiento. El cambio manual tiene un tacto preciso y suficientemente rápido –aunque no más que en un MINI Cooper S–, y cuenta con un sistema que aumenta automáticamente las revoluciones del motor al engranar una marcha inferior, que hace innecesaria la maniobra del punta-tacón.
En definitiva, el MINI John Cooper Works 2015 presenta unas cualidades dinámicas muy elevadas, aunque las sensaciones que transmite son menores que en las anteriores generaciones. No obstante, resulta perfectamente utilizable en el día a día, como también lo es su único rival, el Audi S1 2.0 TFSI quattro, con idéntica potencia pero con tracción a las cuatro ruedas. El precio del MINI más potente es de 31.750 euros para la variante manual, y 33.700 para la dotada de cambio automático, ambos con un equipamiento de serie muy completo: control de velocidad de crucero con función de frenado, faros de LED, asientos deportivos específicos, climatizador automático bizona, pedales revestidos en aluminio…
MINI John Cooper Works
- Precio: 31.750 euros
- Motor: 2.0 turbo, 4 cil. en línea; 231 CV de 5.200 a 6.000 rpm; 320 Nm de 1.250 a 4.800 rpm
- Cambio: Caja manual de 6 velocidades
- Tracción: Delantera, con diferencial electrónico EDLC
- Prestaciones: 0 a 100 km/h en 6,3 seg.; vel. máx.: 246 km/h
- Consumo: 5,7 l/100 km
- Peso: 1.280 kg
LO MEJOR Y LO PEOR
+ Prestaciones, capacidad de tracción, confort frente al anterior modelo.
– Transmite menos sensaciones que su antecesor, maletero pequeño.
