A España el primer Civic llega en 1988, perteneciente a la cuarta «reencarnación» del compacto, pero lo cierto es que Honda tendría que esperar hasta el siglo XXI y el octavo Civic para ofrecer un producto realmente atractivo para los compradores europeos, abandonando el diseño insulso que hasta entonces le caracterizaba.
Aunque el apartado estético es notablemente continuista del modelo actual, la impresión general es más deportiva. La filosofía de Honda para conseguirlo ha consistido en tener presente el diseño de una carrocería de tres puertas en detalles como la línea lateral ascendente, las luces traseras en posición más alta y las ventanillas traseras más pequeñas, pero en un coche que en todos los casos va a ser de cinco. Las medidas tampoco sufren cambios de consideración: 2 centímetros más ancho y uno más bajo que el Civic que le precede, pero donde es inigualable es en los 477 litros de maletero -bajo fondo de 76 litros incluido-.
Hemos realizado 104 km de Málaga a Casares con el 1.4, por todo tipo de vías, y unos 30 km por los alrededores de Casares con el 2.2 i-DTEC -carreteras secundarias y zonas urbanas- y vuelta a Málaga por la autopista con el 1.8 i-VTEC.
Curiosidades del producto
Los motores reciben modificaciones para optimizar el flujo de aceite y reducir la fricción, pero esencialmente son los mismos que podemos pedir ahora en el concesionario. El escalón de acceso al nuevo Civic es el 1.4 i-VTEC de gasolina, que con el acabado Comfort cuesta 18.900 –. Si sus 100 CV se nos quedan cortos, el 1.8 i-VTEC ofrece 142 CV a partir de 23.900 € -. Finalmente, la única opción diesel por el momento es el 2.2 i-DTEC de 150 CV y con un precio de 22.500 € – para el acabado Comfort. Éste es el más básico, y por encima de él se encuentran los paquetes Sport y Executive.
Como viene sucediendo en los compactos de nueva cuña, desaparece la carrocería tres puertas. En cuanto al cambio automático, solo se podrá combinar con el 1.8. Pero ten en cuenta que si lo escoges, perderás el mecanismo de arranque y parada «Idle Stop». La parrilla de apertura variable -para mejorar la aerodinámica en función de la velocidad- es exclusiva del diesel.
Por dentro: un avance… moderado
La sensación general de calidad ha mejorado con este Civic, pero los plásticos duros no se han marchado: siguen demasiado presentes en la consola central y en los paneles de las puertas. La posición de conducción es más alta que la de sus rivales, pero cómoda. El velocímetro digital y la pantalla i-MID han sido colocados bastante alejados del conductor, para que no tenga que desviar casi la vista de la carretera: se nota la ventaja y es de agredecer. El i-MID del que acabamos de hablar es un dispositivo muy cuidado gráficamente que ofrece todo tipo de informaciones: Consumo, música que estamos reproduciendo, navegador, etc. Lo que todavía se puede mejorar es la visibilidad, eliminar ángulos muertos… y disponer de una única y amplia luneta trasera, en lugar de quedar partida por el spoiler con luz de freno. La versastilidad del espacio interior está asegurada con unos asientos que ofrecen múltiples posibilidades de configuración y un fondo de carga totalmente plano.
En marcha: buenas cifras, pero tacto de utilitario
En el Civic todos los elementos funcionan con una sorprendente suavidad. La dirección es muy directa, algo que se agradece en ciudad pero que la hace demasiado blanda a velocidades superiores. Por otra parte, esta suavidad también se detecta en los pedales y el cambio. Gracias a ella conseguimos respuestas prontas y precisión para la conducción que pretendemos hacer, pero la parte negativa es que echamos en falta más aplomo.
En cuanto a los tres motores, el 1.4 resulta escaso cuando se le exige fuera de la ciudad: Los desarrollos de los que se ve acompañado están pensados para el entorno urbano, pero si lo sacas de ahí comprobarás que le cuestan las subidas incluso en marchas cortas. En autopista se siente más cómodo y ofrece un mejor rendimiento, pero a costa de mantenerse en torno a las 3.000-3.500 rpm. y el consiguiente ruido. Sin duda, para un uso más rutero es mejor elegir entre el diesel y el gasolina 1.8. El primero es muy elástico y el segundo hace gala de unas relaciones muy cortas, pero en cualquier caso no sentiremos que nos falta potencia ni que entrega menos de la que dice tener. Los consumos se mantuvieron ajustados: el i-MID marcó 6,5 l/100 km durante el trayecto con el 1.4 -un litro más que la cifra oficial-; 7,5 en el caso del diesel -por una zona mucho más accidentada y sin tramos de autovía-, y 6,8 l/100 km. para el 1.8 i-VTEC.