En lo referente a los modelos más lujosos como el Range Rover o el Range Rover Sport sus modificaciones se circunscriben a leves retoques estéticos en las ópticas y a la incorporación de pantallas de DVD integradas en los reposacabezas traseros.
Además, en el caso del Range Rover, desaparece la versión HSE -hasta ahora el acceso a la gama- con lo que el precio mínimo para adquirir un Range será de 113.000 euros. En el Discovery 4 cabe mencionar la nueva caja de cambios de ocho relaciones fabricada por ZF. A diferencia de la anterior de seis velocidades, el escalonamiento está mucho mejor resuelto y permite al motor funcionar siempre en su régimen óptimo de giro, reduciendo al máximo el consumo. Además podemos accionar el cambio desde unas levas situadas tras el volante, lo que resulta perfecto ya que no tenemos que mover las manos del volante en ningún momento.
El Land Rover Defender incorpora el nuevo motor diésel de 2,2 litros que actualmente monta el Freelander 2, aunque su potencia se reduce a 122 CV y 240 Nm. La marca asegura que han mejorado la insonorización aunque sigue notándose ruidoso, sobre todo en autovía. De todas formas la respuesta del motor es algo más fina y progresiva, aunque por debajo de 2.000 rpm le falta algo de fuerza. Con la reductora puesta solucionamos este inconveniente.
En resumen, de todas las novedades, la más importante es la incorporación de la caja de cambios de ocho velocidades en el Discovery 4, que unido a sus motores diésel V6 de entre 211 y 245 CV y a un precio más razonable -inferior a los 50.000 euros-, lo hacen ser la opción más aconsejable dentro de la gama Land Rover. Además sigue siendo posiblemente uno de los mejores todoterreno del mercado.
En cuanto al Defender, mencionar un funcionamiento más suave del motor, con algo más de elasticidad y progresividad, aunque por debajo de 2.000 rpm le falta empuje. El resto no ha cambiado.