El Fluence Z.E. es la primera gran berlina eléctrica fabricada en serie. Tiene una potencia de 70 kW (95 CV) y un par constante de 226 Nm. Con la batería al 100 % de carga, podremos recorrer 185 km según los datos de la marca. Por su parte, el Kangoo Z.E. rinde 44 kW (60 CV), que también proporcionan un par de 226 Nm. Su batería ha sido colocada en posición central bajo el piso, para evitar cualquier pérdida de espacio de carga. La autonomía declarada llega a los 170 km.
Pero la característica diferenciadora de los modelos Z.E. es que el cliente adquiere el coche, pero Renault le alquila la batería mes a mes. Se reduce de esta manera el esfuerzo económico inmediato que tiene que realizar el comprador. Además, con el servicio Z.E. Charge, Renault se encarga de instalar un borne -llamado Wall-Box- en el domicilio del usuario. Con él, una recarga completa tarda de seis a ocho horas.
En la prueba hemos recorrido unos 70 km con el Fluence Z.E. Dynamique del aeropuerto de Lisboa a Cascais por la costa -ida y vuelta-. Principalmente se circuló por ciudad y carretera secundaria, pero también por autopista. Con el Kangoo se hizo un pequeño recorrido de tres cuartos de hora por carreteras secundarias y travesías en los alrededores de Cascais.
Curiosidades del producto
Si bien el abanico es reducido, los Fluence y Kangoo Z.E. disponen de distintas versiones. El Fluence está disponible con los acabados Expression -19.800 — y Dynamique -20.900 —, mientras que el Kangoo cuenta en esta edición con motor eléctrico con carrocerías Maxi de dos y cinco plazas, con las que la furgoneta gana espacio de carga y unos 40 cm de longitud.
Los precios franco fábrica del Kangoo empiezan en los 14.000 € y llegan a los 16.000 € del Maxi 5 plazas. El 2 plazas se queda en 15.200 €. El alquiler de la batería sale por 82 – al mes para el Fluence y 75 – en el caso del Kangoo -ya que los precios para éste facilitado por Renault tiene en cuenta que las empresas se podrán desgravar el IVA-.
Finalmente, una de las principales novedades que aportaba a Renault la gama Z.E. no llegará a España: hablamos de los cambios de batería en tres minutos en talleres oficiales, llamados QuickDrop. La ventaja que según Renault aporta este sistema es la posibilidad de conseguir un 100 % de carga en cualquier punto del país, aunque no haya bornes a mano. Simplemente se sustituye la batería descargada por otra en cualquier servicio técnico de la marca. Pero Renault no ha estimado oportuno implantar este método en España. Eso sí, en pocos meses confían en haber implantado la formación y los medios técnicos necesarios para atender a un Z.E. en cualquier taller de la red.
Por dentro: ¿qué tienen de especial?
El interior de un Fluence Z.E. parece diseñado expresamente para dejar claro que los eléctricos no tienen por qué ser distintos a los vehículos de combustión a los que estamos acostumbrados. La única pista a simple vista es el pequeño logotipo con las siglas Z.E. que encontramos en el salpicadero -junto a la guantera y frente al asiento del pasajero-. Y, por supuesto, un cuadro de instrumentos especial, con diales marcados en azul y la información que nos hace falta en un eléctrico: porcentaje que nos queda de batería, kW gastados o recuperados en las deceleraciones, etc.
Por comodidad es como cualquier otro Fluence: las dimensiones interiores no cambian ni un centímetro, aunque esto se debe en gran medida a que la longitud exterior crece 13 cm. Donde sí se ha sacrificado espacio para poder albergar las baterías es en el escueto maletero, que pierde más de 100 litros, quedándose en 317 l. Por lo demás, los acabados están igual de cuidados y la postura de conducción es excelente.
El Kangoo Z.E. presenta unos materiales más austeros en el interior, pero conserva la carga útil de 650 kg. del modelo original, con un volumen de carga de 4 a 4,6 m3 en la versión Maxi de dos plazas.
En marcha: de lo más agradable
Si por dentro el Fluence sorprende por el continuismo respecto a las versiones térmicas, no menos llamativo resulta su buen comportamiento. La entrega de todo el par desde los primeros metros que caracteriza a los eléctricos se hace especialmente patente en el Fluence Z.E. En trayectos cortos, con muchos arranques y paradas y velocidades reducidas, esto resulta muy útil. Es a partir de 60-70 km/h cuando notamos una aparente disminución de este empuje y nos recuerda más al común de los coches. Tanto el Fluence como el Kangoo sobresalen por una estabilidad superior a la media de sus respectivos segmentos, si bien lo más mejorable es una suspensión demasiado dura. En cuanto a la dirección, es blanda pero no pierde precisión.
En el apartado de consumo de energía, es mejor no meter por autopista a estos coches, ya que la carga de la batería disminuirá a marchas forzadas, y con ella la autonomía. Pero en el resto de vías, el consumo se mantiene próximo a las cifras oficiales -el ordenador de a bordo indica los kW consumidos, pero no permite resetear la media de consumo, que será siempre la de los últimos 200 km-. Y, sobre todo, en este cumplimiento se nota la influencia de la recuperación de energía.