Es una aplicación novedosa en este mundo de coches conectados y capaces de comunicarse que está hoy en día extendiéndose. Se basa en paneles de carrocería con detectores en cada uno de ellos, independientemente del material del que estén hechos. Los datos recogidos por esos sensores alertan al sistema de un golpe sobre el coche y hacen que este sea capaz de reaccionar y «llamar» a quien corresponda.
El sistema se llama Intelligent Damage Detection System y reconoce desde roces en cualquier parte de la carrocería hasta incidentes más serios. También utiliza el resto de sistemas del coche, como los sensores de los sistemas de ayuda al aparcamiento. Con esos datos, cuando detecta un golpe sabe la magnitud del daño e incluso es capaz de determinar contra qué objeto se ha producido ese golpe. También recoge datos del GPS, para dejar constancia de hora y lugar exactos del golpe. Puede incluso disparar las cámaras del coche para dejar grabado el accidente que ha provocado los daños.
Puede avisarte a ti, en primer lugar, para que sepas lo que ha ocurrido. Pero es una tecnología por la que se han interesado mucho tanto las compañías de seguros como las de alquiler de coches. A ambos tipos de empresas les interesa mucho conocer cuanto antes y de la forma más clara posible todo este tipo de incidentes.
Según Hella, esta tecnología podría llegar a los coches de serie en 2018.