Tú decides: siete motivos para comprarse (o no) un XEV Yoyo

Uno de los grandes problemas del coche eléctrico es su elevado precio. Por eso, surgen nichos como el de los cuadriciclos pesados eléctricos como este XEV Yoyo, que nos permite tener uno en casa por menos de 15.000 euros, con ayudas incluidas. ¿Interesa?

Mide 2,53 metros de largo, 1,50 metros de ancho y 1,53 metros de alto. Es decir, aparentemente es como el primer Smart, que medía incluso tres centímetros menos. Sin embargo, el XEV Yoyo es otra cosa. Si el Smart era un coche el XEV Yoyo es un cuadriciclo completamente eléctrico. Llegó a Europa tratando de aprovechar la llegada del permiso de conducción B1, ese que iba a permitirá a los mayores de 16 años poder conducir este tipo de coches. Sin embargo, recientemente esta propuesta, que sí se aplica en otro países europeos, de momento no va a existir en nuestro país.

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Así las cosas, el XEV Yoyo se presenta como un coche eminentemente urbano y completamente eléctrico por un precio bajo. ¿Bajo? ¿16.690 euros es un precio bajo? Obviamente, no, y más aún si vemos el tipo de coches usados que podemos comprar por ese dinero. Sin embargo, los precios de los coches están como están, y un simple Dacia Spring arranca en los 20.555 euros. Ahí es nada. Que sí, que a eso hay que sumar ayudas, pero entre que ahora ya no van a poder ser más de 3.000 euros y lo complejo que es conseguirlas, casi prefiero hablar del dinero que nos va a pedir según entremos por la puerta del concesionario.

Siguiendo con el XEV Yoyo, cuenta con una chasis monocasco de acero reforzado que, dicho así, podría ser como el que tenía el citado Smart… aunque mucho me temo que debe quedar lejos de aquella famosa e indestructible célula Tridion del Smart. El XEV Yoyo es un coche completamente eléctrico de 20 CV y 32 Nm con unas baterías que le permiten homologar una autonomía de 150 kilómetros. Obviamente tiene etiqueta Cero de la DGT. Pesa 522 kilos. Alcanza los 90 km/h, en modo Sport y mientas no haya repechos. Hay dos plazas y 180 litros de maletero. Y aire acondicionado, calefacción, un par de tomas USB, Bluetooth y una pantalla central que no es táctil y que permite ver cosas básicas del funcionamiento del sistema.

Ya tenemos los datos básicos. Bien. Vamos al turrón: ¿cuáles son los motivos para comprarse (o no) este XEV Yoyo?

1. Interior

Es pintón, sencillo, muy luminoso, la visibilidad es estupenda, hay un montón de huecos para dejar cosas y… y ya. La postura al volante es normalita, pues el volante no se ajusta el altura, los asientos son un poco duros, y la sujeción es escasa. Cuando te pones a circular, enseguida notas que no hay dirección asistida, así que en parado exige un poco más de esfuerzo de lo habitual; después, en marcha, ya no es problema. De hecho, si maniobras haciendo que el Yoyo se vaya desplazando lentamente, lo agradecerás.

Hay otras peculiaridades, como un freno de mano que se activa pisando un pedal que hay a la izquierda y que te obligará a levantar la pierna más de lo habitual, o un gigantesco brazo del parabrisas que se ha quedado a media altura y que resulta un poco molesto a la hora de mirar por esa zona del parabrisas.

Por calidad, todo es de plástico duro, y encontramos botones muy sencillos, como los que permiten regular los retrovisores o la tira de ¿cuero? que hay en el panel de la puerta para cerrarla cuando ya estamos en el interior. No hay concesiones al lujo.

Nos gusta el techo de cristal dividido en dos… hasta que vas por Madrid en verano a las tres de la tarde y empiezas a pensar que una cortinilla no vendría nada mal. El sistema de aire acondicionado o de calefacción es un tanto rústico y escucharás claramente que lo has puesto en marcha, pero cumple su función.

Son detalles en cualquier caso que, viendo que se trata de un cuadriciclo, pueden tener su justificación.

2. Autonomía

150 kilómetros de autonomía. Y no sólo eso: puedes cargarlo en cualquier enchufe, y hasta diseñado para sacar su batería de 10,3 kWh a través del paragolpes trasero y cambiarla por otra en cinco minutos, pero ese programa, que sí se ofrece en países como Italia, aquí no está disponible, al menos de momento. Así que, por ahora, hay que cargarlo de modo tradicional. 10,3 kWh significa que, en un enchufe doméstico normal, puedes cargarlo completamente en un par de horas o poco más, por un coste que no irá mucho más allá de los dos euros.

Es el mejor aspecto de este XEV, aunque debo reconocer que la mayor parte de la prueba la he realizado siempre en modo S, a ratos por vías de circunvalación que me obligaba a ir con el acelerador a fondo para no ser un obstáculo para los demás vehículos y, en esas circunstancias, esa autonomía de 150 kilómetros se puede reducir en más de un 30%.

Por tanto, lo suyo son los recorridos eminentemente urbanos, donde no haya que pasar de 50 km/h. Y mejor, como seguiremos viendo a continuación.

3. Prestaciones

Ya lo decíamos al principio: 20 CV, 32 Nm de par y 522 kilos de peso. Vamos, que no va sobrado en absoluto. Tiene una respuesta progresiva como cualquier coche eléctrico, y hasta 20-30 km/h empuja con decencia. De ahí y hasta los 60 km/h se defiende. Pero, a partir de ahí, la cosa se complica. Los teóricos 90 km/h de velocidad máxima tardan en alcanzarse, aunque se pueden mantener con relativa facilidad… si vamos llaneando o, lógicamente, vamos cuesta abajo. Sin embargo, a poco que lleguen los repechos, no es posible pasar de unos 73 km/h, y eso acelerando a fondo y con el modo S conectado.

Con semejante panorama, ni qué decir tiene que hay que conducir con mucho anticipación a la hora de enfrentarnos a un carril de aceleración o salir con agilidad en el típico Ceda el paso de esas glorietas donde suele haber bastante tráfico y cuesta encontrar el momento de meter el morro. ¡Ah! Y, por supuesto, los adelantamientos es mejor dejarlos para bicis o cosas así.

Son, por tanto, prestaciones correctas para la urbe, pero ya. De nuevo, lo lógico para un cuadriciclo eléctrico.

4. Conducción

Aún recuerdo la primera vez que conduje un Smart. Me sorprendió tanto que no tardé en irme a las clásicas carreteras secundarias donde hoy sigo probando coches para ver qué tal se comportaba. Me costaba comprender cómo un coche con una distancia entre ejes tan pequeña podía ir tan bien. Con sus cosas, pero iba muy bien.

Supongo que por eso pensaba que el XEV Yoyo iba a comportarse de un modo similar. No es así. El balanceo de la carrocería del XEV es un tanto acusado, y esa sensación se acrecienta más aún cuando ves que el asiento no te sujeta y tienes que empezar a sujetarte como puedes. Y no: no te creas que estoy bajando un puerto a tumba abierta, me refiero a pasar por glorietas o carriles de deceleración.

Al final, te vas a costumbrado a eso, o a que cualquier insinuación que haces sobre la dirección tenga una rápida reacción del coche que, de primeras, no transmite mucha confianza, más todavía cuando el XEV tiene ABS de serie, pero no control de estabilidad… Todo lo que sea empezar a buscarle las cosquillas es complicarse la vida de forma innecesaria.

Habrá quien, llegado a este punto, me diga: “ya, hombre, pero es que esto es un cuadriciclo, no un coche”. Y es entonces cuando yo le diré: “ya, hombre, pero una galleta a 80 km/h es una galleta a 80 km/h, sea en un coche o en un cuadriciclo… y el XEV Yoyo puede alcanzar los 90 km/h, ¿no? Y, lo que es más importante: ¿puedes asegurarme que por el hecho de ser un cuadriciclo nunca jamás en la vida me voy a encontrar con una situación a 50 km/h que me obligue a frenar con brusquedad o girar de forma improvisada?” Ahí lo dejo

5. Equipamiento

No esperes gran cosa. Lo más tecnológico, aparte del sistema eléctrico, son los elevalunas eléctricos, el Bluetooth, el aire acondicionado y la simple pantalla central. Es decir, casi como el salpicadero de un Seat Panda… pero 40 años después.

Casi mejor, porque todo lo que sea implementar más cosas subiría el precio y el peso. Y, como llevo diciendo toda la prueba… es un cuadriciclo y eso lo puede justificar

6. Seguridad

Hemos dicho que lleva un chasis monocasco de acero reforzado. Bien. Pero, como cuadriciclo que es, no ha superado tests de choque para coches como EuroNCAP, y tampoco hay ni tan siquiera un simple airbag. Vale, no lo han superado porque no están obligados. pero tampoco sé cómo quedaría… Y que sí, que es un cuadriciclo. Pero los tres de choque de EuroNCAP son a 64 km/h en la actualidad… y el XEV yoyo los puede alcanzar y superar.

7. Precio

Como decíamos al principio, estamos antes una de las opciones más baratas de un hacerse con un vehículo eléctrico, y su coste de utilización es muy bajo. Ahora bien, si has leído todo lo anterior, ya sabes que lo que estás comprando es un cuadriciclo, no un coche, y eso también tiene sus desventajas… Ahora ya tienes la información: tú eliges.

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