De modo que no existía problema alguno para montar motores de gran cilindrada encargados de animar las grandes masas resultantes de combinar un robusto chasis con una carrocería de chapa muy sólida.
La solidez de estos elementos proporciona una gran longevidad que hace a estos vehículos prácticamente eternos.
Tanto los ejes como las transmisiones están en la misma tónica, con un importante sobredimensionamiento que disminuye las probabilidades de sufrir averías.
El eje rígido trasero, guiado con largas ballestas, es poco menos que para toda la vida. Por su parte, la suspensión independiente delantera incorpora triángulos y brazos muy generosos.
El interior es un fiel reflejo de los gustos del público americano de principios de los 90: mucho espacio, multitud de elementos de confort y unos asientos muy mullidos.
Tal vez estos últimos pecan de blandos y de falta de sujeción (no hay que perder de vista que nos encontramos ante un vehículo de más de 15 años), situación que pasa factura con los kilómetros.
Los guarnecidos interiores soportan dignamente el paso del tiempo.
Las moquetas y los plásticos son muy gruesos; sin duda fueron concebidos para garantizar sobradamente su duración durante el periodo que lo mantiene un usuario medio antes de pasarlo al mercado de vehículos usados.
Cuestión de cilindrada
El propulsor cuenta con una gran cilindrada, si bien sus prestaciones están muy por debajo de lo que cabría esperar de un motor de más de seis litros.
Para mover con cierta agilidad las más de dos toneladas de masa de este pick up, el fabricante apostó por un gran cubicaje, siguiendo el canon americano.
El resultado es un motor que trabaja a unos regímenes de giro muy cómodos, lo cual repercute de forma directa en la fiabilidad del mismo y está dispuesto a realizar miles y miles de kilómetros, como si fuera el de un gran camión.
El cambio automático, muy al gusto del mercado norteamericano, es cómodo por encima de todo, si bien al cliente europeo le puede chocar en un primer momento la ubicación de la palanca en la columna de dirección.
El consumo, si juntamos cilindrada, peso elevado y un cambio automático antiguo, no puede salir bien parado y bajar de los 15 litros.
Es imposible gastar menos por más que se intente.
Lo bueno es que, en este caso, se trata de un propulsor de gasóleo: un magnífico V8, firmado por Detroit Diésel, ideal para un todoterreno gracias a su descomunal par desde el ralentí.
La dirección sigue el lema del confort por encima de todo.
Es muy blanda y desmultiplicada, por lo que los movimientos rápidos no son lo suyo.
Por su parte, los frenos están a la altura de las circunstancias siempre que no exprimamos las posibilidades del vehículo; hay que tener en cuenta que el cambio automático y el peso no son unos buenos aliados a la hora de detener este gigantón mecánico.
Mejor para remolcar
La capacidad de carga es digna de destacar, con una caja de generosas dimensiones, pero no hay que dejarse llevar por su apariencia.
Conviene recordar que este vehículo está homologado para un peso máximo de 3.266 kilos según su ficha técnica, y la tara del vehículo ya consume una buena parte de sus posibilidades.
Donde sí encontramos un punto fuerte es en la capacidad de remolque. Si bien es cierto que está limitada legalmente, también lo es que el peso del vehículo y las posibilidades del propulsor hacen esta operación cómoda y, lo que es más importante, muy segura.
La ausencia de tracción delantera limita sus posibilidades en campo, pero tampoco se trata de un vehículo especializado.
Las grandes haciendas y los espacios abiertos son el hábitat natural de este vehículo.
Por dentro y por fuera
Mejoras TT
Con la incorporación de unos neumáticos adecuados, el Silverado puede desenvolverse muy bien por caminos y pistas.
Para proteger el eje delantero tampoco le vendría mal instalar una protección metálica y ganar unos centímetros de altura libre, lo que se puede conseguir con unos muelles más largos o unos tacos supletorios para los originales.
Para rizar el rizo, y dado que no dispone de tracción delantera, le podemos instalar un bloqueo de diferencial, de forma que el eje trasero sea un todo tracción sobre cualquier superficie.
Por lo demás, hay que disfrutarlo tal y como es, un «me lo echo todo encima» por zonas amplias y de firme consistente sin meterse en filigranas.
Cronología
1930 Chevrolet lanza sus primeros pick up, inicialmente sólo con tracción trasera.
1960 Se introduce un nuevo diseño de carrocería, así como suspensión independiente en el eje delantero.
1975 Los modelos C y K adoptan la denominación «Silverado» para algunas versiones.
1982 Debut del propulsor V8 de 6,2 litros firmado por Detroit Diesel.
1988 Sale al mercado el modelo gemelo de los pick up de Chevrolet bajo la denominación de GMC Sierra.
1999 Los pick up de Chevrolet pasan a denominarse «Silverado».
Por dentro
1.- De líneas rectas y muy cuadradas, el salpicadero de este gigantón dispone de todo pese a contar con una estética pasada de moda.
2 y 3.- Detrás de los asientos contamos con un miniespacio de carga donde ocasionalmente se pueden habilitar dos plazas supletorias. Éstas son capaces de acoger a pasajeros de talla no muy elevada y siempre que los trayectos sean cortos.
3.- La palanca del cambio automático no puede ocultar el origen americano del vehículo.
Cómo va
1- Sin argumentos tecnológicos, este propulsor recurre a una gran cilindrada para ofrecer 125 CV, auténticamente «percherones», que le hacen ser indestructible y eterno.
2- Para evacuar los gases de semejante propulsor se necesita una trompeta de grueso calibre (en este caso dos).
3- El eje delantero de triángulos superpuestos goza de una salud envidiable a pesar del paso del tiempo. La fórmula es sencilla: hierro, hierro y más hierro.
4- El cambio automático ayuda a la hora de incorporar neumáticos de mayor desarrollo que el original y, por supuesto, facilita la conducción en carretera y en campo.
5- Un eje rígido guiado por ballestas es la solución adoptada por numerosos turismos y todoterreno del mercado norteamericano. En el caso del modelo que nos ocupa, sobrado de fiabilidad y robustez, pide a gritos un bloqueo trasero para transitar por campo.
Ficha técnica y gama 1992
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Alternativas: otros grandes cargueros
Ford F-150. Aunque tampoco se comercializa en España, existen unas pocas unidades de este modelo que, además, cuentan con unos motores más potentes que los de Chevrolet.
Nissan Patrol PU. Fabricado en España, este modelo es fácil de encontrar en nuestro mercado y, además, sus consumos son bastante razonables.
Por fuera