Texto: Nacho Mahou / Fotos: Fernando Herranz Dispuestos a disfrutar unas horas de nigromancia sobre ruedas, realizamos un conjuro con tres Harley-Davidson bien diferentes. A su grupa, tres hechiceros ataviados con las oscuras cazadoras de la gama Dark Custom. Nuestro destino: la oscuridad. Nos repartimos las motos entre los probadores. Juan prefiere la Iron (él usa una Nightster), Diego elige la Fat Bob (la suya es una Street Bob) y el menda se sube a la Night Rod. Una rutita corta hasta El Pardo nos refresca la cara; aunque sea hora del ocaso, todavía hace mucho calor. Buscamos unas localizaciones y un póster gigante de Photo España nos inspira. Fernando, en el asiento trasero de una Road King de apoyo, nos fotografía en movimiento, descolgándose con la cámara. Disparamos los últimos clics con luz solar. Las fotogénicas -Cuatro Torres- las usamos de escenario, ya con el trípode e iluminación artificial. Parece que el calor nos da algo de respiro. Pero la sed hace mella y nuestras gargantas exigen hidratación, así que nos dirigimos al Irish Rover (una de las mayores tabernas irlandesas de Madrid) con las tres motos.

Las Harleys más oscuras

Autofacil
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Con estos ingredientes reposados con sabiduría, sólo falta algo para amalgamar, y qué mejor que la cerveza, ingrediente fundamental en los rituales motoristas. En este caso engullimos  unas  pintas de Guinness -una por barba, que hay que ser siempre prudente-. En el Irish Rover pasamos un buen rato compartiendo espacio con nuestros -bichos- y el entarimado de madera de sus instalaciones, donde además nos zampamos unas hamburguesas -referencias americanas por doquier, ya ves- muy hechas, casi negras.

Por la ciudad gana claramente la Iron. Su menor peso y medidas la hacen la más apropiada para -caracolear- por el tráfico urbano. La sigue la Fat Bob, que se muestra razonablemente manejable, excepto entre coches, por su ancho manillar. La que sale peor parada es la Night Rod. Su reducido ángulo de giro y los 2.460 mm de longitud ralentiza las maniobras en parado. Claro que, en carretera abierta y en aceleración, tiene más mordiente que ninguna. La Dyna es la más versátil de las tres, combinando buena aceleración y maniobrabilidad. Los adoquines de los barrios más castizos de la ciudad pusieron en un brete a la amortiguación trasera, donde salió campeona la Night Rod. De estas tres Harley negras, la que mejor frena también es la Night Rod debido, en buena medida, a la gran superficie de su goma posterior.

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