Llega en enero desde 42.300 euros

Primer contacto con el Opel Ampera

Autofácil
Autofácil
El Ampera es el primer modelo de Opel dotado de un sistema de propulsión eléctrico.


Está basado en el Chevrolet Volt, y cuando comience a comercializarse en otoño de este año, será el primer modelo a la venta en Europa en combinar propulsión eléctrica y un sistema generador capaz de proporcionar la electricidad necesaria para que, una vez agotada la autonomía eléctrica -en el caso del Ampera, unos 60 km- el coche pueda seguir circulando sin recargarlo.

Antes de seguir, conviene establecer la diferencia entre los conceptos de híbrido, híbrido enchufable, coche eléctrico y coche eléctrico con ampliador de autonomía.

Un híbrido es un coche que emplea dos o más motores de diferente tipo para moverse. Hasta ahora, uno de ellos era siempre de gasolina y el otro, eléctrico. Aunque dentro de poco Peugeot presentará el primer híbrido que combina un motor diesel y otro eléctrico. Técnicamente, un modelo que emplease un motor diesel y otro de gasolina también sería un híbrido, si bien la mezcla tendría poco sentido y por eso no existe ninguno. Todos los modelos híbridos a la venta en la actualidad son capaces de moverse empleando sólo el motor de gasolina, y algunos son capaces de hacerlo empleando sólo el eléctrico… aunque en condiciones especiales -por lo general, a velocidades inferiores a 40 km/h y durante distancias inferiores a los 3 km-.

Un híbrido enchufable es un híbrido que permite cargar sus baterías enchufándolo -normalmente se cargan durante las frenadas o las carga el motor térmico durante la marcha-. Pero aunque ofrezca esa posibilidad, adolece de las limitaciones de todo híbrido: la cantidad de energía recargable apenas da para unos miles de metros y el coche no es capaz de ofrecer el 100% de prestaciones sin recurrir al motor térmico.

Un coche eléctrico sólo dispone de un tipo de motor para moverse, y es eléctrico. Este motor se alimenta de la energía almacenada en unas baterías que sólo pueden recargarse conectándolo a la red eléctrica -aunque con frecuencia existen dos formas de hacerlo: recarga lenta (unas 8 horas) y recarga rápida (unos 30 minutos)-. Cuando se agotan las baterías, el coche se para, exactamente igual que si que quedas sin gasolina.

Un coche eléctrico con ampliador de autonomía es un coche eléctrico que cuenta con un sistema para generar electricidad y continuar moviéndose una vez que se agota la carga inicial de las baterías. Es algo parecido a llevar un grupo electrógeno -como esos pequeños generadores que se emplean en las ferias de los pueblos- en el maletero. Cuando las baterías están a punto de agotarse, el grupo electrógeno arranca y comienza a cargarlas. Mientras el generador produzca energía eléctrica más deprisa de lo que la gasta el coche, podremos circular hasta que se acabe la gasolina del generador.

Los cuatro casos parecen estar bien claros, aunque la realidad es un poco más complicada. En el caso concreto del Ampera, contamos con dos motores eléctricos y un motor de gasolina. Los dos motores eléctricos pueden funcionar también como generadores, uno de ellos está permanentemente engranado a las ruedas mientras que el otro está conectado al motor térmico. En función de factores como el nivel de carga y el estilo de conducción, es posible que el Ampera se mueva empleando sólo un motor eléctrico, empleando los dos, empleando uno de ellos y parte del par generado por el motor térmico-

Según Opel, el 90% del tiempo el Ampera se moverá empleando solamente uno de los motores eléctricos -el más grande, de 150 CV de potencia- y consumiendo simplemente la energía almacenada en la batería, que según Opel permitirá recorrer unos 60 kilómetros. Además, nos han asegurado que por poco ecológica que sea nuestra conducción, es prácticamente imposible agotar la carga de la batería en menos de 40 km, mientras que hasta ayer, la máxima distancia recorrida en modo eléctrico por un periodista había sido de 90 kilómetros. Por nuestra parte, recorrimos 71 kilómetros antes de que el -range extender- hiciera aparición.

Durante esta primera etapa -eléctrica-, y dentro de lo que las mortecinas condiciones del tráfico nos han permitido comprobar -que ha sido poco-, el Ampera se ha comportado con sorprendente normalidad. En el modo -normal- de los cuatro disponibles la respuesta del acelerador es un poco perezosa, pero en ningún caso -torpe-, y las prestaciones son comparables a las de un coche de un Astra o un Insignia de 120 CV. La suspensión es muy confortable, aunque la amortiguación parece algo blanda -no hay disponible ningún sistema de amortiguación adaptativa- y es una lástima-. A pesar de esto, el comportamiento parece bueno, similar al de un vehículo convencional. A diferencia de lo que ocurre con modelos como el Nissan Leaf o el Mitsubishi i-Miev, no se perciben efectos inerciales extraños derivados de la presencia de los casi 200 kilos de baterías. Sin duda, el motivo es que, a diferencia del resto de los eléctricos a la venta en la actualidad, el Ampera cuenta con un pack de baterías en forma de T que ocupa el túnel central y el espacio bajo las banquetas de los pasajeros traseros.

Tres modos de conducciónmás

Los otros tres modos disponibles se llaman Sport, Mountain y Hold y están orientados a la conducción deportiva, a subir pendientes largas y severas como puertos de montaña y a conservar cierta cantidad de carga en la batería para usarla más adelante -por ejemplo, para entrar a una zona de una ciudad restringida a todos los vehículos salvo a los 100% eléctricos-. El modo Sport realmente cambia la personalidad del coche, sobre todo en lo referente a la respuesta del acelerador, que se vuelve más enérgica y más afilada. Para un uso cotidiano, diría que es más agradable que Normal, si bien el consumo de energía es bastante mayor. No hubo ocasión de probar ninguno de los otros dos modos.

Y una vez que arranca el range extender, accionado por un 1.4 de cuatro cilindros atmosférico que cuenta con una potencia de 86 CV, no se producen cambios importantes en el comportamiento del Ampera. Lo más destacable es el ruido del motor, que podría estar un poco más amortiguado- si bien es mucho más soportable que el de un Toyota Prius o incluso un Lexus RX450h.

¿Cómo es posible que un motor de 86 CV proporcione energía suficiente para que circule normalmente un coche de 150 CV? Pues mediante dos trucos. Por un lado, el motor trata constantemente de sacarte ventaja, aprovechando el hecho de que tu no puedes circular permanentemente acelerando a fondo -sobre todo, en Holanda-. Y por otro lado, resulta que aunque el indicador de carga de batería marque cero, en realidad eso significa que aún queda entre un 30 y un 40% de carga en la batería. Opel no descarga completamente la batería -que es de iones de litio y está refrigerada por agua- para preservar su vida útil, y antes de limitar efectivamente la potencia del Ampera, consume un poco de este margen. De forma que, en realidad, el cometido del range extender no es mover el coche cuando no queda batería, sino mantener la carga de la batería alrededor de ese 40% -cuando se selecciona el modo Hold, el Ampera usa el range extender para mantener el nivel de carga por encima del 50%-.

¿Y todo esto por-? Pues por un pequeño pellizco: la versión básica del Ampera costará 42.300 euros, mientras que la versión más equipada, con tapicería de cuero, navegador, etc- saldrá por unos 46.000 euros. A esta cifra, habría que restarle los entre 4.000 y 6.000 euros de subvención que ofrecerán las comunidades autónomas. Además, hay que tener en cuenta que cuando el cliente sea una empresa, esta no tendrá que pagar el 18% de IVA. El resultado es un coche caro- que entidades como petroleras, eléctricas y similares están muy interesados en incorporar a sus flotas corporativas, y de hecho de los 200 Ampera que se venderán en España cuando comience la comercialización en enero de 2012 -en algunos países como Francia o Alemania empezará en otoño de este año, y la producción prevista será de 10.000 unidades anuales-, sólo unos 35 irán a parar a particulares.

 

Opel Ampera