Uno de esos grupos es PSA Peugeot-Citroën. La compañía francesa, que ya cuenta con un centro de investigación y desarrollo y una empresa de riesgo compartido junto con Dong Feng, quiere seguir extendiéndose, hasta el punto de conseguir una cuota de mercado del 8% de aquí a 2020. En 2010, esta compañía resultante puso en la calle 376.000 vehículos en China, convirtiendo al país asiático en el segundo mercado para el grupo francés por volumen de ventas. Aunque dentro de poco será el primero. La Comisión Nacional de Desarrollo y de Reformas de China ha dado luz verde para una nueva joint venture entre PSA y su socio Changan Automobile Group, una empresa con un capital social de unos 450 millones de euros, participada al 50% por cada una de las compañías. Esta constitución prevé una inversión de 935 millones de euros para la construcción de una fábrica en Shenzhen que fabricará 200.000 vehículos anuales.
Esta factoría estará especializada en la producción de turismos y comerciales ligeros y tendrá lugar para llevar a China los nuevos productos de la línea DS de Citroën. Además, está previsto el lanzamiento de una nueva marca, aunque eso no impide que cada uno de los fabricantes pueda seguir comercializando sus propios modelos.