Entonces, ¿qué pasa si rompemos un soporte de hierro en las duras y remotas pistas africanas? En el peor de los casos, si no podemos avanzar con el vehículo averiado, podremos desmontar el soporte roto y desplazarnos hasta algún pueblo donde poder soldarlo y reforzarlo.
Ahora bien, si este soporte fuera de aluminio el problema sería mucho más serio, porque encontrar donde soldarlo es muy difícil. El equipo de soldadura y los electrodos son diferentes y poco comunes. Incluso en nuestro país seguro que nos resultaría complicado localizar uno.
Siempre nos quedaría la solución de fabricar uno en cualquier pueblo africano donde dispongan de cuatro hierros, pero éste no es el planteamiento lógico para un vehículo todoterreno, donde la robustez y fiabilidad deben primar por encima de todo.
Esta situación nos tocó vivirla en un reciente viaje por Marruecos.
En las playas del oeste atlántico se nos rompió un soporte de aluminio de la tránsfer de un Suzuki. Gracias a que se apoyó en la protección de duraluminio, dispuesta al efecto, pudimos continuar viaje hasta salir de la arena y rodar con precaución por asfalto hasta llegar a Sidi Ifni, donde nuestra intención era fabricar un soporte de hierro.
Allí la fortuna estuvo de nuestro lado, porque encontramos el único taller con equipo de soldadura de aluminio en muchos kilómetros a la redonda, pero si el soporte hubiera sido de hierro, se podría haber reparado en cualquier pueblo, sin necesidad de demorar tanto la marcha.
FracturaLa fatiga provocada por la circulación intensa por las dunas hizo que se fracturase uno de los soportes de aluminio de la caja tránsfer de nuestro Suzuki. Una plancha de protección instalada en los bajos sujetó la tránsfer hasta que pudimos salir de las dunas y buscar un lugar donde poder reparar la avería. |
La suerte en forma de tallerEn Sidi Ifni (Sahara Occ.) tuvimos la fortuna de encontrar un taller con equipo de soldadura de aluminio, dado que se dedica a la reparación de cajas de cambio y cárteres de aluminio de un antiquísimo parque móvil. |
SoldaduraTan pronto como tuvo el equipo a punto, nuestro mecánico comenzó a soldar el soporte, haciendo gala de bastante pericia. Mención aparte merece la nula preocupación por la salud laboral después de ver el uso testimonial que hacía de la careta de protección y el resto de la indumentaria de trabajo. |
Faltan electrodosA pesar de contar con el equipo de soldadura, nuestro mecánico no disponía de electrodos -esto resulta muy habitual en África- por lo que uno de los mozos del taller tuvo que adquirirlos en una de las típicas tiendas multiproducto. |
Últimos rematesTras la soldadura llega el momento de quitarle las rebabas a la pieza. A pesar de los escasos medios disponibles en este taller, nuestro mecánico realizó un trabajo de lo más profesional. |
Soporte como nuevoEl resultado final cabe calificarse de más que aceptable, por lo que el soporte volvería a hacer su función como antes. La zona fracturada se ha reforzado sólidamente, pero es probable que en el futuro, el soporte se parta por otro lado, siempre que mantengamos el uso intensivo. |
Lo mejor, cambiarlo por hierroEl soporte reparado volvió a su sitio, pero de cara al futuro nos planteamos sustituirlo por uno de hierro, cuya reparación, en caso de rotura, resulte más sencilla. |