Respuesta: Negarse a realizar la prueba de alcoholemia a petición del agente puede ser un delito y conllevar de seis a 12 meses de prisión. Si has consumido alcohol, no es recomendable negarse -ya que si los agentes perciben un comportamiento violento empeorarás las cosas-. En caso de que no hayas bebido, mejor todavía: recuerda que el agente sólo da fe de lo que indica el aparato con el que se realiza este tipo de test. Tras el test, si dudas del agente, llama a la Policía Nacional.