Sin embargo, el precio a pagar por disfrutar de ello es la alta exigencia de conocimientos técnicos que requiere este tipo de conducción. Aventurarnos a través de terrenos escarpados sin haberlos estudiado con paciencia puede convertir nuestra ruta en un infierno.
Es preciso conocer todas las dimensiones de nuestro vehículo y la capacidad de recorrido de su suspensión para poder hacer frente con éxito a terrenos con rocas de diferentes tamaños y filamentos punzantes que pondrán en serio peligro la integridad de la carrocería y los neumáticos.
Evitar golpes y desgarrones
Estudiar los ángulos de ataque ideales para cada tipo de roca es fundamental, no sólo por mantener nuestro 4×4 lejos de golpes y desgarrones, sino por saber balancear el gran peso del vehículo y conocer el resultado que tendrá la transferencia de masas al pisar los pedales de aceleración o frenado.
En este sentido, cobra un gran protagonismo la reductora, ya que nos permite rodar a muy baja velocidad sin tener que jugar con el embrague para que el motor no se apague. Es la perfecta solución para circular en este tipo de firmes, ya que con ella avanzaremos de manera suave y a una velocidad constante manteniendo la inercia adquirida y contando con la potencia suficiente para superar cualquier posible imprevisto.
El recorrido de la suspensión, los ángulos correctos para atacar los obstáculos, saber manejar el enorme peso de nuestro vehículo y el uso de la reductora son todos conceptos necesarios para que nuestra aventura sobre rocas tenga un buen final.
Y si queremos disfrutar más, siempre podremos ver las competiciones de Rock Crawling norteamericanas, donde prototipos con motores V8 de 500 CV trepan, literalmente, por paredes rocosas.
![]() 1Inspeccionar el terreno es una premisa fundamental a la hora de afrontar un terreno repleto de aristas cortantes y rocas de enormes dimensiones. Debemos descender de nuestro vehículo y estudiar la orografía de la zona a pie con el fin de conocer las posibilidades que ofrece la ruta. Nunca debemos olvidar realizar este procedimiento siempre que hagamos frente a terrenos de difícil acceso. Hay que evitar finalizar nuestra aventura con las ruedas reventadas o los bajos golpeados.
![]() 2Tras estudiar el terreno, debemos aplicar todos los conocimientos que hemos adquirido durante la inspección de la zona. El copiloto debe ser consciente de los badenes y las zanjas que pueblan el terreno para que, a través de señales realizadas con los brazos extendidos, el piloto pueda afrontar con seguridad todos los obstáculos. El ángulo de ataque de cada roca será fundamental; por ello, el copiloto deberá ser preciso a la hora de indicar la forma correcta de colocar las ruedas en cada situación.
![]() 3Aprender a balancear un vehículo de dos toneladas de peso no es una tarea sencilla. Este tipo de conducción implica un delicado movimiento del 4×4 en el que, en múltiples ocasiones, se verá apoyado tan sólo en dos ruedas en diagonal mientras que las otras dos cuelgan en el aire. Debemos entender cómo funcionan las transferencias de masas al acelerar y al frenar para que, una vez dominado, podamos desafiar a la propia física y finalizar nuestra aventura sin daños.
![]() 4La presión de los neumáticos debe ser revisada antes y después de llevar a cabo las maniobras sobre terrenos pedregosos. Y, con el fin de protegerlos ante eventuales rasgaduras, la presión idónea es la misma que se emplea sobre asfalto. Ello permitirá mantener el neumático bien armado y con los laterales y los flancos muy rígidos. Sin embargo, debemos aumentar la precaución cuando la arena haga su aparición. Debido a que la arena requiere un menor nivel de presión, debemos volver a inflar las gomas para evitar problemas. ![]() 5La elasticidad o el grado de recorrido que tenga la suspensión incidirá de manera decisiva en la capacidad de tracción que posea nuestro vehículo sobre este tipo de firmes. Las rocas que se interpongan en nuestro camino tendrán diferentes dimensiones, por lo que es importante disponer de una suspensión con un recorrido amplio que sea capaz de garantizar en todo momento el contacto de las ruedas con el firme y, por consiguiente, la tracción.
![]() 6El desenlace de nuestra aventura dependerá, en gran medida, de la habilidad que tengamos a la hora de atacar los obstáculos. Elegir el ángulo de ataque correcto fluctuará en función de la distancia que separe los bajos de nuestro vehículo con respecto al firme rocoso. No podemos olvidar que los diferenciales son los elemento más vulnerables a los golpes. Por ello, es aconsejable la instalación de patines protectores con el fin de prevenir la elección de una trazada equivocada. Posibles averíasEn el neumático… Las gomas se convierten en el principal blanco de los filamentos rocosos. Pinchar o sufrir un desgarrón se puede convertir en algo habitual si no cuidamos nuestra técnica de conducción en terrenos tan escarpados. En los bajos… Tras los neumáticos, son el blanco favorito de las rocas. Calcular incorrectamente la distancia máxima respecto al suelo nos puede llevar a sufrir múltiples golpes al escalar sobre las piedras. En los diferenciales… Situados en la sección más baja del eje, son muy vulnerables ante cualquier tipo de golpe. Es recomendable instalar protecciones a fin de prevenir cualquier contratiempo derivado de una conducción poco cuidadosa. En el parachoques… Lo primero que tenemos que evitar es instalar cualquier faro o accesorio bajo la línea del parachoques. Lo más recomendable es sustituir el original por uno tubular situado más arriba. |