Su origen se remonta a 1982. Aprovechando la celebración de una carrera de coches en Michigan -EE.UU.-, un apasionado de las preparaciones de camiones, Bob Chandler, realizó una exhibición al volante de un Ford F-250 -que había modificado él mismo colocándole unas ruedas de 1,70 m de alto- con el que aplastó ¡dos coches de un solo salto! Un espectáculo que maravilló a los asistentes -ahí comenzó la ‘fiebre’ por este tipo de vehículo- y que derivó, en 1984, en una competición: la Monster Jam-‘estropicio monstruoso’-. Desde entonces, sus organizadores llevan este show por todo el mundo, con más de 325 actuaciones cada año.
Pero, ¿qué tienen de especial? Cada show se divide en dos pruebas puntuables -votadas por un jurado-. La primera es un ejercicio de habilidad –freestyle– en la que los pilotos demuestran, en 90 segundos, que son los mejores, con saltos de 33 m de largo -equivalentes a 14 automóviles puestos uno tras otro-, loopings y piruetas, destrozando a su paso decenas de coches, autobuses y aviones, procedentes de desguaces.
Después, comienza la fase más popular: el enfrentamiento entre dos Monster Trucks en una carrera de ‘un cuarto de milla’, que gana el que llegue a la meta con menor número de sanciones -forma parte del espectáculo golpear al rival para evitar que gane-. Un duelo que impresiona por la habilidad de estos vehículos de tres metros de alto y cuatro de largo, cuatro toneladas de peso y motores de hasta 2.000 CV que alcanzan 160 km/h y realizan saltos de hasta ocho metros de alto. Como también se hace en EE.UU., horas antes del show los fans tendrán la oportunidad de visitar el circuito, hacerse fotos con los pilotos y tocar los Monster Trucks participantes.
¿Los precios de las entradas? De 10 a 75 euros. Cómpralas www.barcelonamonsterjam.es o en el teléfono 902 33 2211.
Y recuerda que si quieres ganar una entrada doble -regalamos cinco-, basta con entrar en www.autofacil.es/concursos y votar por el Monster Track más impresionante.