Queremos que volváis

Tal vez por lo recurrente, o porque siempre resulta más fácil echar la culpa al conductor y sus imprudencias, o al deficiente estado de mantenimiento del vehículo, pocas veces se analiza el grado real de responsabilidad que la carretera tiene cuando se trata de contabilizar accidentes. Sin embargo, un reciente estudio del organismo europeo EuroRAP […]


Tal vez por lo recurrente, o porque siempre resulta más fácil echar la culpa al conductor y sus imprudencias, o al deficiente estado de mantenimiento del vehículo, pocas veces se analiza el grado real de responsabilidad que la carretera tiene cuando se trata de contabilizar accidentes. Sin embargo, un reciente estudio del organismo europeo EuroRAP determina que el 10,4% de una parte representativa de nuestra red viaria debe considerarse peligrosa; un porcentaje que traducido a metros lineales nos revela que por su mal estado de conservación, su trazado erróneo o su escasa/deficiente señalización, más de 1.100 km por los que transitamos a diario entrañan un riesgo claro de accidente.

Entre estos son tristemente célebres los que en la andaluza N-340 unen las poblaciones de Maro y Almuñécar, con una media de siniestralidad en los tres últimos años de 10,3 accidentes por año -seis mortales y 25 con heridos graves-; o los que en el mismo periodo de tiempo registra en Albacete la N-322, entre los hitos 412 y 424, con el trágico balance de 11 accidentes graves: cinco por salida de la vía y seis por choque frontal. Frías estadísticas para los archivos de la DGT, pero que para nosotros, los conductores, deben servir de recordatorio permanente cuando cogemos el volante con la seguridad como única prioridad.

Y ya que hablamos de recordar, quiero despedir estas  líneas con algunas recomendaciones útiles que evitarán que nuestro bolsillo pueda verse seriamente afectado durante las vacaciones: por poner la música alta en el coche por la noche, entre 80 y 6.000 – de multa; por conducir con el codo apoyado en la ventanilla, 80 -; por llevar algún pasajero -de más, de 80 a 200 -; por meter el coche en la playa, ¡6.000 -! Y no penséis que por ser verano la Policía de las localidades turísticas se relaja, todo lo contrario, se muestra más celosa que nunca en el cumplimiento de la Ley para que las arcas de su municipio se saneen un poco a costa de las multas contra el turista infractor. ¡Felices vacaciones y nos vemos a la vuelta!

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