Aunque el ex-Ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, advirtió hace más de un año de que se instalarían más de cien radares de tramo, de momento son sólo seis los que se encuentran ya en funcionamiento y multando:
– Túnel de Torrox (Málaga): Tramo de 1,1, kilómetros, hasta el km. 287,740 de la Autovía del Mediterráneo (A-7) en dirección a Barcelona.
– Puerto de Despeñaperros (Jaén): Distancia de 3,1 kilómetros, hasta el km. 245, 229, en sentido Madrid.
– Segundo Túnel de Guadarrama (Madrid): Tramo de 7,6 kilómetros, hasta el km. 49,263 de la Autopista del Noroeste (AP-6); en sentido La Coruña.
– Tercer Túnel de Guadarrama (Segovia): 3.482 metros hasta el km. 56,608 de la Autopista del Noroeste, en sentido a Madrid. En los dos tramos señalados de la AP-6 el límite de velocidad es de 100 km/h.
– Túnel do Sartego (Fene, A Coruña): Se controlan 1,2 kilómetros, hasta el punto kilómetrico 31,137, en sentido Ferrol. Velocidad limitada a 90 km/h.
– Circunvalación de Zaragoza (Z-40): Tramo de 3,1 kilómetros, hasta el punto kilométrico 29,700. Este tramo no es un túnel, sino que se circula a cielo abierto, y el límite es de 120 km/h.
¿Cómo funcionan?
Un radar de tramo no es un radar como los que conocíamos hasta ahora, que mida la velocidad de un vehículo cuando pasa por el punto en el que está instalado. Ni siquiera le hacen una foto al infractor, sino que leen su matrícula y se la pasan directamente al Centro de Gestión de Denuncias de la DGT.
En realidad, un radar de tramo se compone de dos cámaras infrarrojas, una colocada en el punto de entrada al tramo que se quiere medir y otra al final de éste. Con ellas se registra la hora exacta a la que el vehículo ha pasado por dichos puntos y, con esos datos y sabiendo cuánto mide la distancia controlada, un ordenador en el Centro de Gestión de Denuncias saca la velocidad media a la que el usuario la ha recorrido. Este funcionamiento implica que, curiosamente, podemos llegar a superar la velocidad permitida en algún punto del tramo, pero como lo que este radar mide es la media, no lo va a registrar.
Para que estas cámaras infrarrojas sean capaces de leer una matrícula, ésta tiene que encontrarse a entre siete y diez metros del aparato. La ventaja para la DGT es que, al recurrir al láser, pueden funcionar las 24 horas del día sin depender de la luz disponible. Adenás, los radares de tramo no son detectables por los antirradares.
¿Ponen muchas multas?
Según un informe de la DGT, el número de infracciones cayó considerablemente en el Túnel II de Guadarrama durante el primer año de funcionamiento del radar: Si en septiembre de 2010, un 11,7 % de conductores eran susceptibles de ser sancionados por la velocidad a la que circulaban por él, en noviembre de 2011 sólo un 4 % excedía el límite. Por otra parte, durante el periodo de pruebas de los últimos dispositivos instalados -desde el 1 de diciembre hasta el 10 de enero, sólo enviaban una carta informativa a los conductores cazados-, un 6 % de conductores superó la velocidad máxima permitida.