No es la primera vez y parece que no será la última. La guerra entre los conductores madrileños y los radares de semáforo-rojo de la capital está más abierta que nunca tras la última sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 23 de Madrid, que ha puesto en evidencia por enésima vez, la falta de garantías jurídicas de este sistema utilizado por el Ayuntamiento de Madrid para captar las infracciones por no respetar la luz de los semáforos.
El sistema radar de semáforo-rojo tiene un funcionamiento sencillo que se basa en capturar, mediante unas cámaras fijas en lo alto del semáforo, una imagen de todo vehículo que lo cruce con la señal roja encendida, lo que conlleva una multa de 200€ y 4 puntos del carné. Madrid cuenta con 44 dispositivos de este tipo y en 2016 formularon un total de 51.357 denuncias, lo que permitió al Ayuntamiento de Madrid recaudar un importe total de 10.271.400 euros y retirar 205.428 puntos del carné.
Automovilistas Europeos Asociados (AEA) es una de las organizaciones que más está trabajando al lado de los conductores para la anulación de las sanciones realizadas por estos dispositivos de radar-semáforo consiguiendo, de momento, anular más de 50 sanciones de este tipo. Sin embargo, el consistorio madrileño en lugar de paralizar este sistema de captación de imágenes ha seguido aumentando su colocación en nuevas intersecciones.
En concreto, la última denuncia anulada por la justicia se basa en que «la denuncia no viene acompañada de documento alguno que demuestre la fiabilidad del instrumento de captación y que permita enlazar con la presunción de veracidad del agente denunciante».
Más allá de estas razones, el resto de sanciones que han sido tumbadas por la justicia responden a diferentes motivos. La poca clarividencia de las imágenes captadas por la cámara es el más habitual, pero también la confusión con otros vehículos o, incluso, una cámara mal calibrada son otros de las causas habituales por las que estas multas están siendo anuladas.
