La principal novedad es la introducción de un nuevo motor híbrido V6 turboalimentado de 1.6 litros con sistemas de recuperación de energía, en lugar del antiguo motor aspirado V8 de 2.4 litros. Los antiguos motores V8, que alcanzaban 18.000 revoluciones por minutos, se caracterizaban por una complejidad inferior a los nuevos V6 de 15.000 revoluciones, dentro del objetivo global de la FIA de impulsar la tecnología híbrida y hacer más sostenibles todas las competiciones que organiza.
El nuevo sistema de recuperación de energía -ERS-, sustituto del KERS, está diseñado para proporcionar al piloto un impulso de 160 CV adicionales, que en la nueva temporada podrá ser utilizado durante más segundos para favorecer los adelantamientos y aumentar el espectáculo en las carreras.
En lo que respecta a la aerodinámica, los nuevos coches tendrán un alerón delantero más bajo y estrecho, mientras que el trasero se ha modificado para tener una mayor apertura en el uso del DRS. El número de motores disponibles para toda la temporada se ha reducido en tres unidades, estableciéndose en 5 como máximo, y el depósito de combustible es un 30% menor, que ahora alberga 140 litros.