
El nuevo límite entrará en vigor el 7 de marzo y, aunque se ha recalcado el carácter transitorio del endurecimiento del límite, se desconoce durante cuánto tiempo tendremos que circular a menos velocidad en vías rápidas, pues todo dependerá de la evolución de la situación en Libia. A cambio, se incentiva el uso del transporte ferroviario mediante la reducción en un 5 % de las tarifas de Renfe de media distancia y Cercanías.
Por otra parte, el Ministro del Interior, Alfredo Pérez-Rubalcaba, ha querido garantizar que el suministro de petróleo está seguro a pesar de la escalada de precios, asegurando que aunque hubiera problemas en este sentido, el gobierno tiene planes de contingencia listos. Tampoco cree que el precio de los combustibles vaya a afectar a la recuperación económica. El vicepresidente ha recordado que por cada 10 euros que sube el precio del barril, España gasta 6.000 millones más al año.
Ahora toca modificar las multas y la señalización durante el tiempo que dure esta situación especial. Según Automovilistas Europeos Asociados, cada señal cuesta 450 -. Pero de momento, Fomento ha cifrado en 250.000 euros el gasto que efectuará en actualizar las señales, y, en cuanto a sanciones, también queda confirmado que la variación en la velocidad máxima no afectará a la posible retirada de puntos del carnet, ya que la medida persigue el ahorro energético, no la seguridad vial. Se estima que ahorraremos un 15 % de gasolina y un 10 % de gasoleo. Otra medida anunciada hoy es la obligación de las petroleras de incorporar un 7 % de biocarburantes en el éste último, frente al 5,8 % actual. Esto último sí podría implantarse con carácter permanente.
Las reacciones no se han hecho esperar. La Asociación Prevención de Accidentes de Tráfico (PAT) ha celebrado la noticia, pues consideran que la reducción de la velocidad es vital para reducir las víctimas, mientras que desde STOP Accidentes, su presidenta honorífica, Ana María Campos, ha sido clara: Aprueban «todo lo que sea bajar velocidad y evitar muertes, sea por Libia, sea por la polución, sea por lo que sea». Las asociaciones de automovilistas tienen otro parecer: Tanto el RACE como AEA y CEA, han recordado que durante el periodo de la crisis del petróleo de los años 70 en el que el límite fue de 100 km/h, aumentaron los accidentes, y que no existe una relación real entre la velocidad y el consumo de combustible.
Finalmente, desde Ecologistas en Acción ya han pedido que las medidas anunciadas hoy por el Consejo de Ministros sean definitivas, excepto la de los biocombustibles, una solución que en su opinión no ofrece garantías sobre su sostenibilidad ambiental. Además, proponen un límite de 100 km/h en autopistas y 30 km/h en zonas residenciales.