Según el Ministro del Interior y portavoz del Gobierno, Alfredo Pérez-Rubalcaba, el Ministerio de Industria ha calculado un ahorro de 450 millones de euros en combustible durante el tiempo que ha estado vigente la medida extraordinaria. Rubalcaba reconoció que la decisión fue objeto de acalorado debate en el Consejo de Ministros.
También ha aprovechado para dar las «gracias a los ciudadanos» y les ha alentado a seguir circulando a 110 km/h, por ser «más barato, más seguro y menos contaminante».
Si alguien pensaba que el límite se mantendría con fines recaudatorios, las declaraciones de la ministra de Economía, Elena Salgado, son reveladoras: Ha reconocido una bajada de lo ingresado por el Estado mediante el impuesto de hidrocarburos, no sin añadir después: «El ahorro en la balanza de pagos es mayor de lo que se ha dejado de ingresar».
La decisión ha sido celebrada por las asociaciones de automovilistas y fabricantes: A su modo de ver, la medida ha resultado poco efectiva, y el ahorro señalado por el Gobierno no se debe a la reducción del límite de velocidad durante estos meses, sino a una reducción de la circulación por la propia crisis. El director de seguridad vial del RACE, Tomás Santa Cecilia, ha pedido al gobierno que para otra ocasión «elabore las medidas teniendo en cuenta a conductores, fabricantes y agentes de infraestructuras».
Ayer, la Agencia Internacional de Energía decidió poner en el mercado el 2 % de sus reservas (60 millones de barriles) para hacer frente precisamente al precio del petróleo ante la carestía a la que está sometiendo la guerra civil en Libia. Las previsiones del gobierno apuntan a que el precio de los combustibles seguirán bajando. En estos momentos, el barril de petróleo está a 106 dólares, 21 dólares menos que en marzo, cuando se aprobó la medida.
El precio medio de la gasolina esta semana en España ha sido de 1,323 – por litro para la gasolina y 1,272 – para el gasóleo.
