Los diseñadores de Renault se han inspirado en el primer Twingo pero han partido de una hoja en blanco a la hora de diseñarlo. Un proceso iniciado en 2008, cuando los ingenieros y diseñadores reciben el encargo de poner en marcha el futuro Twingo y recuperar el espíritu innovador que supuso el primitivo. La tarea en principio podría parecer sencilla porque con el nuevo Clio como estandarte, bastaba hacerlo un poco más pequeño y listo. Pero Renault pretende que sea uno de los iconos de su creatividad, debe tener una personalidad única y a la vez un poco retro como lo demuestran algunos elementos de diseño propios del mítico Renault 5.

A la vez tenía que seguir siendo un pequeño vehículo urbano, pero con mayor habitabilidad y agilidad, sin aumentar las dimensiones exteriores. Y gracias a un acuerdo de cooperación estratégica con Daimler en 2010, que además estaba trabajando en los futuros Smart de dos y cuatro plazas, surgió la idea del proyecto del nuevo Twingo. Si la estética es más o menos discutible, lo que sí debió generar más de un dolor de cabeza fue el hecho de que el motor debería ir colocado en la parte trasera del vehículo, una circunstancia cuanto menos sorprendente.

En su planteamiento, la marca vuelve a apostar por un coche de cuatro plazas con las ruedas colocadas en los extremos de la carrocería, que ahora siempre será de cinco puertas aunque, visualmente, las traseras están disimuladas al llevar los tiradores junto a la ventana.
El modelo definitivo destaca en la parte delantera con los códigos de diseño de la nueva identidad de la marca, con el logo bien destacado sobre un fondo negro. Los faros quedan realzados por los intermitentes y unas luces de día redondas de led, una mezcla entre la tecnología de vanguardia y el look vintage de los Twingo originales.