Repican las campanas

A  unque sólo sea el inicio del esbozo de una sonrisa de esperanza, poco antes de comenzar a escribir este comentario, nos llega la buena noticia del apoyo constitucional alemán a las buenas ideas de la canciller Angela Merkel para ayudar a Europa a salir de la crisis financiera. Su apuesta motivará la repercusión en […]


A  unque sólo sea el inicio del esbozo de una sonrisa de esperanza, poco antes de comenzar a escribir este comentario, nos llega la buena noticia del apoyo constitucional alemán a las buenas ideas de la canciller Angela Merkel para ayudar a Europa a salir de la crisis financiera. Su apuesta motivará la repercusión en la economía mundial.

Coincidente con la positiva información sonó el teléfono en casa: mi cuñada Teresa nos llamaba desde Saldaña (Palencia) para ofrecernos, en vivo, el repique de las campanas -regalo de la familia Morrondo- al llegar a su santuario la Virgen del Valle, precedida por el coro de danzantes. Ante las emociones coincidentes, la mundial y la íntima, cambié la orientación de mi artículo editorial y suprimí el paño de lágrimas para expresar mi personal satisfacción con el mismo repique de alegría de las campanas de Saldaña. Sería muy exagerado decir -nos ha venido a ver la Virgen- ante el gesto de intento salvador de Angela Merkel, pero sólo un milagro así podía dar comienzo a la recuperación.

No veo la noticia como un cohete festero, pero sí como el abracadabra de la cueva de Alí Babá con posibilidades de ofrecernos la celeste esperanza. Rubén Darío logró extraerla -de súbito- de la horrible Caja de Pandora, llena de desgracias. Angela Merkel, poetisa de la Economía, acaba de entrar en competencia con Rubén. ¡Nuevo repique de campanas!

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