Sufrir un accidente contra un animal es algo más frecuente de lo que parece. Según la DGT, la fauna salvaje provocó más de 20.000 accidentes de tráfico durante 2017, a los que tenemos que sumar los provocados por los animales domésticos y los de granja, tanto en caminos rurales como en ciudad. En esos casos, ¿sobre quién recae la responsabilidad? Para solucionar estas dudas hemos hablado con los profesionales de TráficoAyuda, quienes explican con detalle qué dice la legislación al respecto.
La actual Ley de Tráfico, establece que el conductor pasa a ser el responsable del atropello de una especie cinegética (animal) dentro de un coto de caza. Existen dos excepciones a este respecto: la responsabilidad puede recaer en el titular del propietario del terreno «cuando el accidente de tráfico sea consecuencia directa de una acción de caza colectiva de una especie de caza mayor», bien sea en el momento en que se esté realizando o 12 horas después de que haya terminado, y también podrá ser responsable el titular de la vía pública por «no haber reparado la valla de cerramiento, o por no disponer de la señalización específica de animales sueltos».
Es conveniente tomar algunas medidas preventivas cuando circulemos por zonas en las que los bordes de las carreteras estén cubiertos de matorrales altos, ya que nos dificulta la visibilidad, por lo cual, deberemos reducir la velocidad al máximo y elevar la atención especialmente al amanecer y al anochecer. También debemos evitar en lo posible las luces de largo alcance, ya que los animales se quedan deslumbradon y desorientados. Habitualmente se paralizan, aunque en algunas ocasiones corren hacia la carretera, provocando una clara situación de peligro. Utilizar el claxon también puede ser útil para ahuyentar al animal en estas circunstancias.
Si se produjese el accidente, hay que tratar, en la medida de lo posible, de sujetar el volante fuertemente y procurar detener el coche de una forma controlada. A continuación, debemos señalizar el lugar del siniestro y el vehículo mediante los triángulos reglamentarios y colocarnos los chalecos reflectantes antes de salir del coche. Siempre es conveniente avisar a las autoridades competentes para que dejen constancia de lo ocurrido, al 112 si se producen daños personales, así como al Seprona (062) para que se hagan cargo del animal atropellado.
Las aseguradoras empiezan a incluir en sus seguros de automóvil coberturas específicas que cubren el daño ocasionado en el vehículo debido a este tipo de accidentes. Es conveniente que contemos con una póliza que nos ofrezca estas coberturas si solemos viajar por puntos negros en los que suelen suceder estos siniestros, sobre todo en invierno, ya que los animales deambulan en busca de alimento y se sienten atraídos por la sal que se esparce por las carreteras. El seguro cubre la reparación de los daños que sufra el vehículo y los bienes del conductor. Si la colisión es con un animal de granja, la compañía reclamará también la correspondiente indemnización al propietario.
Diferentes asociaciones, partidos animalistas y ecologistas alzan la voz y piden la construcción de ecoductos (?pasos de fauna salvaje sobre autopistas o grandes líneas férreas acondicionados con vegetación que permiten conectar hábitats adyacentes a ?la vía), para disminuir el número de accidentes por colisión con fauna silvestre y mejorar así la seguridad de animales y conductores. Un ejemplo del beneficio que aporta la instalación de estos ecoductos lo tenemos en el paso elevado que se construyó en Suecia: tan sólo con uno de ellos, disminuyeron en un 70% los atropellos de corzos. En nuestro país, Soria, Burgos y Guadalajara destacan como las provincias con más accidentes por esta causa.