Las escobillas del limpiaparabrisas son un elemento clave a la hora de disponer de una visibilidad óptima. De hecho, además de cuando llueve, pueden despejar el parabrisas en caso de que éste esté demasiado sucio y accionemos su limpieza -con el líquido lavaparabrisas-, permitiéndonos continuar con nuestro trayecto sin necesidad de detener el vehículo. Como es lógico, es deseable tenerlas en un buen estado. Así, te damos varios consejos para que conozcas a fondo los puntos que se necesitan revisar:
- Mantén el parabrisas limpio: una luna sucia deteriorará más rápidamente las escobillas debido a los obstáculos que se encontrarán en la realización de su cometido.
- Limpia las escobillas: cuanta menos suciedad acumulen mejor cumplirán su función. Retíralas del brazo del limpiaparabrisas y utiliza una esponja o similar -humedécela con un limpiacristales-, nunca algo más duro que la propia escobilla. Repite esta operación, al menos, una vez al mes.
- Cámbialas cuando sea necesario: generalmente, la duración media de una escobilla limpiaparabrisas no suele superar el año. No obstante, revísalas asiduamente para conocer su estado: si su caucho está duro o al accionar el limpiaparabrisas produce sacudidas y/o ruido, necesitarás cambiarlas.
- Evita su deterioro: las escobillas limpiaparabrisas son especialmente sensibles a los cambios bruscos de temperatura, lo cual reduje notablemente su vida útil.
- No acciones los limpaparabrisas con hielo o nieve: si el hielo o la nieve se acumulan en el parabrisas primero tendrás que retirarlo. Nunca acciones los limpiaparabrisas para ello ya que las escobillas se resentirán mucho.
- Mantenlas protegidas: una exposición prolongada a la luz del sol, a la nieve o a la resina de los árboles también influye negativamente en la duración de las escobillas limpiaparabrisas. En este sentido, las instaladas en un coche que duerma en garaje durarán mucho más.