La naturaleza dejó una buena dosis de riqueza en la frontera.

E-Weekends Lleida IV, Alt D’Urgell la tierra de los 1000 tesoros

Pedro Madera
Pedro Madera

La historia y la naturaleza han sido generosas con algunas comarcas y hoy estamos en una de ellas. El Alt Urgell es un escenario ideal para disfrutar de la carretera, la naturaleza y la gastronomía pirenaica. Ya sea solos, acompañados o en familia, esta región catalana ofrece aventura, deporte, o bien simplemente tranquilidad y buenas vistas para todos. Limitada por Andorra al norte, la Noguera al sur y con capital en La Seu d’Urgell, verdadero centro turístico, cultural y económico de los Pirineos.

Aquí se entiende la sostenibilidad y el turismo de un modo especial. Por eso, la movilidad electrificada es fácil y ofrece numerosas posibilidades. Disfrutar de nuestro Toyota Rav4 Híbrido Enchufable es más fácil, porque las opciones son muchas. Los pueblos ofrecen puntos de carga, algunos hoteles los incluyen en sus tarifas y hay una sensibilidad muy especial con la sostenibilidad.

La Seu es un buen ejemplo. Este popular pueblo acoge mucho turismo, pero recompensa a todos los presentes con un bonito centro histórico de aires medievales en el que destaca sobremanera la catedral de Santa María, aunque la oferta de actividades al aire libre no va al a zaga a la buena gastronomía y el interés cultural de sus calles o dependencias como las del Museo Diocesano. Disfrutar de su Parador Nacional junto a la zona peatonal y realizar algunas compras en la quesería Eugene o los embutidos de Montferrer es casi una obligación no escrita.

Realmente la naturaleza aquí se integra con las edificaciones y las calles del pueblo. El Parque del Segre es un bonito paseo construido para conmemorar los juegos de Barcelona 92, muy conocido además por practicantes de rafting y piragüismo y otras actividades de alta montaña.

Los pueblos interesantes están muy cerca. Nuestra visita leridana no sería lo mismo sin un recorrido por Organyà uno de sus pueblos más interesantes e ideal para rematar esta visita de unos pocos días. Desde La Seu d’urgel es fácil llegar desde la LV-4008 y después la N-260. No solo porque permite practicar vuelo en biplaza y otras actividades aéreas de lo más emocionante, sino también por su aportación cultural: aquí se descubrieron unos valiosos pergaminos que resultaron ser los más antiguos en lengua catalana, las Homiliesd’Organyà.

Sus calles tradicionales ya imprimen en nuestra retina el aire rural típico de esta tierra, con construcciones de lo más interesantes como la colegiata medieval de Santa Maria, y encima de la montaña de Santa Fe, la solitaria ermita de Santa Fe de Mont-roi.

Si tenemos niños es probable que disfrutemos la visita a la Dinosfera, un museo ubicado en el pueblo de Coll de Nargó dedicado íntegramente a los dinosaurios, especialmente aquellos cuyos restos fueron hallados en esta rica comarca leridana. Es la prueba definitiva de que esta comarca pirenaica ofrece cultura y entretenimiento para todas las edades y necesidades. A Coll de Nargó podemos llegar en apenas unos minutos por la C-14, puesto que está a apenas seis kilómetros de distancia.

Los pequeños productores  tienen aquí un paraíso. Las queserías de Ossera, Bar o Adrall se complementan con fabricantes de conservas y mieles de gran calidad. Sólo hay que acercarse a pueblos como Organya, Montan de Tost o Anserall para conocerlos.

No podemos obviar de entrada el Parque Natural del Cadí-Moixeró, que en realidad abarca el Alt Urgell pero también las comarcas de Berguedá y Cerdaña. Es, por ello, uno de los espacios naturales más destacados de toda Cataluña y uno más de los muchos parques de bosques y riscos que componen la geografía de la comarca.

La colección de pueblos bonitos es muy larga. Bescaran es un lugar de referencia para entender el arte en la vida rural. Y para llegar hasta este pueblo antes hay que pasar por Estamariu. Si miramos al sur, hay nombres de referencia como Arseguel, que luego duplica las posibilidades cuando una delicada carretera nos ofrece la posibilidad de ir hacia a Cavá o a Ansovell.  Es perfecto para nuestro Rav4. Caminos, senderos y alguna pista forestal con “senderos” hacia la escapada perfecta.

Los fans de la escalada agradecerán picos como el de Pedraforca, verdadera joya pre pirenaica y Paraje Natural de interés Natural, aunque el parque ofrece itinerarios para todos los niveles de dificultad y mucha, mucha oferta para senderistas. Podemos también buscar el refugio de Rebost, en Bagà, donde se ofertan diversas actividades para todos los gustos. Otra de las actividades que podemos practicar en esta visita al Alt Urgell es la recogida de setas, y una localización perfecta es este parque de Cadí-Moixeró.

Y para demostrarlo, en invierno no hay más que recurrir a las estaciones de esquí Tuixent-La Vansa, con 30 kilómetros de pistas dedicadas al esquí de fondo y ubicada en el Ala de Arp (a medio camino entre Jose i Tuixén y la Hansa y Fórnols) o Sant Joan de l’Erm, en el municipio de Montferrer i Castellbò.  Mucho que ver y que hacer en un territorio tocado por una energía muy especial.