Parque Nacional de la Caldera de Taburiente

La Caldera de Taburiente: continente y contenido

Autofacil
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Un circo de ocho kilómetros de diámetro y desniveles de 2.000 metros caracterizan a este abrupto parque nacional que ni siquiera un avezado montañero como su director cree conocer por entero después de 33 años de continua exploración.


A pesar de su superficie relativamente reducida, en la Caldera de Taburiente bulle todo un continente de paisajes, climas y colores. Ángel Palomares, director del parque nacional de la isla de La Palma desde 1994, lleva trabajando en este espacio protegido casi 33 años y reconoce que aún hoy no conoce todos sus entresijos. Y lo dice alguien que es avezado montañero, ha hollado algún sietemil y no se arredra cuando hay que rapelar 200 metros en busca de una planta rara descolgada en un acantilado.

«La Caldera es un parque pequeño, pero parece grande porque está lleno de recovecos donde puedes encontrarte con un roque o una pared oculta que tiene bejeque [un endemismo de las Canarias]«, explica Palomares. Hace pocos años descubrió con su equipo nada menos que una extensión de bosque virgen tal cual la pudieron contemplar los aborígenes de las islas más de 2.000 años atrás, un reducto ajeno al pastoreo, a los fuegos repetidos y a cualquier actividad humana y que no habían pisado antes más animales que los roedores. «Fue como hallarse de repente en mitad de la selva de Borneo», rememora.

caldera de taburiente

Granadino de nacimiento, Palomares ensalza los valores de un espacio del que quedó encandilado hace más de tres décadas. Lo define como un paisaje único en el mundo, con su cuenca de ocho kilómetros de diámetro, 2.000 metros de desnivel y vistas a tres islas «que te dejan con la boca abierta». No le sorprende menos el interior del parque, de clima mediterráneo y tonos marrones, atravesado como está por arroyos, riachuelos y cascadas de 100 metros de caída que existen gracias al milagro de los acuíferos que vierten hacia la Caldera.

Tras estudiar Ingeniería de Montes en Madrid, Palomares recaló en La Palma espoleado por las ganas de «trabajar en el campo», como había visto que hacía alguien en un programa del siempre recordado Félix Rodríguez de la Fuente. Desde entonces no ha querido cambiar de destino: las labores de gestión propias de su cargo le dejan ocasión de salir al campo, hacer labores de seguimiento y reconocer ejemplares de flora y fauna únicos. Para acceder a ciertas plantas que solo sobreviven en acantilados recurre a técnicas de trabajo vertical y al rápel.

En el resto de los parajes de este parque, por demás abrupto, se vale del saber de los pastores de la zona y, particularmente, de sus lanzas de tres y cuatro metros de largo y punta de acero que les permiten moverse por superficies sumamente empinadas y resbaladizas como si se dispusiera «de una barandilla portátil», indica el director.

Bosque de laurisilva, La PAlma

En términos estrictos, la Caldera de Taburiente es un circo de altas paredes donde múltiples erupciones volcánicas y deslizamientos, la fuerza erosiva del agua y el tiempo han ido modelando una geomorfología peculiar y en el que han prosperado una notable variedad de especies vegetales y animales que incluyen numerosos endemismos.

Debido al aislamiento con respecto al continente, aquí se han conservado además, a manera de fósiles, muchos vestigios de la cultura prehispánica anclados en la Edad de Piedra que encontramos en forma de petrogliflos (piedras grabadas) con espirales o meandros.

Las carreteras que circundan el parque o penetran en él hacen de éste un espacio accesible para todo el mundo, sean cuales sean sus condiciones físicas. Como recuerda su director, una de las vías conduce a un mirador situado a 1.300 metros de altitud que garantiza unas vistas privilegiadas del entorno. Otra, lleva a la parte más elevada de la Caldera y de la isla, al Observatorio Astrofísico del Roque de los Muchachos, que se alza hasta los 2.396 metros y despliega también ante el visitante un paisaje difícil de olvidar.

Concebido especialmente para caminar, el parque nacional dispone de casi 100 kilómetros de recorridos señalizados. Algunos de ellos permiten bordear las cumbres, otros transitan por zonas medias y bajas, pero ninguno desciende desde las cotas más altas hacia el interior de la Caldera debido al carácter resbaladizo y peligroso del terreno.

lagarto de La Palma

Las bicicletas pueden circular por las carreteras y por las pistas de tierra más anchas, vedadas a los vehículos motorizados. Estos necesitan un permiso, que se solicita por Internet, para acceder al mirador de La Cumbrecita, uno de los lugares más frecuentados y que registra más atascos, al que se puede llegar también en taxi o en guagua (autobús local).

Palomares utiliza de nuevo la palabra abrupto para recordar que, aunque éste sea un espacio sobre todo peatonal, puede no resultar fácil para todos los que lo visitan. «Es sencillo llegar hasta aquí; luego, lo mejor es andar, pero sin olvidar que se trata de un terreno muy escarpado».

La misma condición de continente que el director atribuye a la Caldera la hace extensiva a la isla entera de La Palma. «Puedes disfrutar (o sufrir) muchos climas en un mismo día. En la costa te bañas, en las cumbres te hielas, y en medio puede que te llueva o que cojas una insolación», señala con humor. Y prosigue: «Aquí te encuentras con cosas de desierto y de selva. Toda la isla es para mí una joyita, además de un lugar muy tranquilo donde puedes dejar la llave puesta en la puerta de casa».

De los muchos manjares que se pueden degustar en la boscosa y accidentada isla canaria, Palomares se queda con los de cuchara, especialmente los pucheros de verdura, legumbres y carne –acompañados de gofio, por supuesto–, así como con los quesos de cabra, los pescados del Atlántico y la abundante y jugosa fruta de temporada.

En La Palma existe una boyante agricultura destinada a la exportación de plátanos, aguacates, papaya, mango y chirimoya, pero únicamente bajo explotación intensiva porque hace tiempo que «el campo normal», como recuerda el director-conservador del parque, está en gran medida abandonado.

MIrador Roque de los Muchachos

La Caldera de Taburiente recibe cada año alrededor de 500.000 visitas. Como es habitual, se concentran en determinados periodos del año y, en opinión de Ángel Palomares, se pierden parte de lo mejor del parque: el esplendor de la floración en los meses de mayo y junio –cuando emergen a la vida el tajinaste o los codesos– y el magnífico espectáculo otoñal en el templado mes de octubre.

El equipo que atiende a turistas y excursionistas lo componen unos 17 o 18 empleados fijos (entre agentes, guías, vigilantes y personal de administración), aunque crece en temporada alta, sobre todo durante el verano, para atender la eventualidad de incendios. Varios de ellos llegaron aquí con Palomares y no saben o no quieren saber lo que es el «síndrome de la isla». Como sentencia el director, «el que lo tiene se va enseguida de aquí; no dura ni dos años. Los demás se quedan».

Parque Nacional de la Caldera de Taburiente

  • Declaración: 6 de octubre de 1954

  • Superficie: 4.690 hectáreas declaradas como Parque Nacional

  • Provincias: Santa Cruz de Tenerife (isla de La Palma)

  • Reconocimientos: Reserva de la Biosfera (2002), Destino Starlight (2012), Zona de Especial Protección de Aves -ZEPA-.

  • Principales ecosistemas: La Caldera de Taburiente es una depresión calderiforme rodeada por un circo de cumbres –con grandes acantilados, barrancos y roques– de alturas superiores a los 2.000 m. En el interior de la Caldera abundan fuentes, manantiales y cascadas de gran belleza. Con más de 70 manantiales y galerías, el caudal de la Caldera es considerable. El clima es de tipo mediterráneo, pero matizado por la latitud, altitud y orientación. Estos factores conforman un ecosistema de pinar canario con plantas y animales endémicos.de Taburiente

Centros de visitantes

  • C. V. El Paso. Ctra. General de Padrón, 47. El Paso (La Palma). Tel. 922 922 280

Puntos de información

  • Caseta de El Riachuelo

  • Roque de los Muchachos

  • La Cumbrecita

  • Lomo de los Caballos