Partimos de Fuentedelcarro
Para iniciar el recorrido propuesto para esta ruta hay que llegar hasta Almazán y, tras rodear la populosa población en dirección a Soria capital por la nueva autovía de circunvalación, abandonamos esta rápida vía para buscar la población de Fuentedelcarro. Nada más entrar en este pequeño núcleo urbano debemos localizar la iglesia y el cementerio, o bien tomar las coordenadas geográficas indicadas en el rutómetro, para dar con la primera pista que nos llevará a la espesura del bosque. Este primer tramo podemos hacerlo en bicicleta de montaña, ya que es llano y está muy bien acondicionado. Además, los olores del pinar nos permitirán respirar profundamente, lo que supone un aliciente para darle con fuerza al pedal. El recorrido lo podemos extender, según nuestras fuerzas, hasta Tardelcuende, o llevarlo incluso hasta Quintada Redonda, donde ya es conveniente volver a echar las bicicletas al coche para ahorrarnos los tramos de asfalto hasta Izana.
En esta población hacemos un pequeño paréntesis para acercarnos hasta la localidad de Las Cuevas de Soria, donde echaremos un vistazo a la Villa tardo-romana de La Dehesa, recientemente habilitada como museo al aire libre por la Diputación de Soria, no sin ayuda del Ministerio de Administraciones Públicas y de los fondos europeos de desarrollo regional (FEDER).
Tras la visita, nos echamos de nuevo al monte para dar tránsito a la Sierra de San Marcos. Aquí el camino, debido al deshielo de las nieves de la noche anterior y el calor del presente sol, se hizo intransitable para cualquier todoterreno; el barro nos obligó a abortarlo para evitar quedarnos inmovilizados. Sólo con un todoterreno extremo, convenientemente preparado y dotado de neumáticos MT, hubiéramos sido capaces de superar con éxito un tramo que inicialmente estaba pensado también para las bicicletas, pues está perfectamente balizado, kilómetro a kilómetro.
Al final, sin más remedio, optamos por cambiar de ruta sobre la marcha por una zona menos rota y más practicable para nuestro 4×4. Incluso así, hubo que poner manos y empeño en la conducción para que las profundas cunetas no terminaran tragándose a nuestro compañero, en una inoportuna salida de pista. Así, dejamos de soslayo la pequeña y medio desierta aldea de Monasterio, cuyo previsto paso quedó aplazado para otra ocasión, y nos encaminamos en busca de la próxima población de La Revilla de Calatañazor.
No deja de ser una lástima, pues los trazados inicialmente pensados para atravesar la Sierra de San Marcos, aunque algo más duros en desnivel que los anteriores en los pinares, hubieran sido un bonito reto para nuestros compañeros de la bicleta de montaña. Aun así, hay a quienes el barro y las dificultades les motivan, y perfectamente se les puede esperar en la Revilla mientras realizan el recorrido, que, como ya habíamos dicho, resulta idóneo, ya que se encuentra perfectamente balizado como zona ciclista de montaña.
Camino de Calatañazor
La ruta continúa en dirección norte, y son ya pocas las oportunidades para el pedaleo. Tras un pequeño enlace por carretera, pronto el monte de nuevo nos espera. El pino soriano ha dejado paso ya a la sabina. El paisaje ha cambiado: ahora el bosque es menos apretado y la pista nos va acercando con velocidad hasta la atalaya natural que da cobijo a la población de Calatañazor. Esta renombrada localidad soriana es el punto de inflexión de nuestra ruta, no sólo por su importancia histórica, sino también por ser punto de parada y fonda. Casas rurales, tiendas y mesones permitirán saciar nuestro apetito, nuestra sed y nuestro cansancio en un pueblo recoleto y algo maltratado por el paso del tiempo, que está pidiendo a gritos una intervención arquitectónica que conserve sus ya desvencijados balcones y casas porticadas. En el pueblo podemos encontrar varios pequeños museos etnográficos que reflejan las formas y costumbres de vida de esta medieval población.
El castillo de Almanzor
Al final de la calle principal encontramos el viejo castillo árabe que fuera plaza del viejo caudillo Almanzor, y asomándonos a sus derruidas murallas y torreones tendremos a nuestros pies el mítico Valle de la Sangre. Éste fue el escenario de una gran batalla, librada en el siglo XI entre moros y cristianos, y en ella Almanzor sufrió su primera y última derrota. Los cronistas recogen en sus textos el germen de una mítica leyenda, señalando que el día de la batalla un extraño personaje gemía diciendo que en Calatañazor perdió Almanzor el tambor. La tradición sugiere que este personaje era el diablo, que lloraba la caída de los moros. En cualquier caso, Almanzor, tras esta derrota, se negó a comer o beber, muriendo al llegar a la ciudad de Medinaceli; o eso es al menos lo que relata la Crónica Silense: -Pero, al fin, la divina piedad se compadeció de tanta ruina y permitió alzar cabeza a los cristianos, pues pasados doce años Almanzor fue muerto en la gran ciudad de Medinaceli, y el demonio que había habitado dentro de él en vida se lo llevó a los infiernos-. En cualquier caso, parece que el atardecer aún sigue tiñendo de rojo el valle en recuerdo de aquella vieja batalla, celebrada o no, para gloria de la Reconquista.
Nosotros podemos continuar ruta en busca de dos hitos de nuestro periplo: La Reserva Natural del Sabinar de Calatañazor y el Monumento Natural de la Fuentona. Es conveniente que dejemos tiempo para estas dos actividades, pues recorrer a pie ambas zonas naturales bien nos puede llevar gran parte de nuestro segundo día de andanzas por estas tierras sorianas.
Mapa y datos útiles
Distancia
El rutómetro sigue un trazado de cerca de 70 kilómetros entre pistas y enlaces por carretera. El trazado es suave al principio, lo que favorece el uso de la bicicleta de montaña, pero puede convertirse en tortuoso con la presencia de barro a mitad de su recorrido.
Dificultad
No plantea grandes retos. Es más, el uso de la reductora sólo estaría justificado para solucionar alguna involuntaria salida de pista, pues el recorrido no afronta pasos complicados, y siempre discurre por caminos bien conservados. Sólo habrá que prestar atención al trazado en época de barro, por lo denso de éste en algunas zonas.
Duración
El recorrido del rutómetro nos ocupó cerca de tres horas, pero se puede hacer más rápido en la estación seca. Debemos añadir a este tiempo las paradas que nos puedan surgir durante el viaje en los diferentes puntos de interés.
Climatología
Inviernos duros y veranos calurosos. La meseta castellana presenta un clima continental, potenciado por la altitud serrana de la zona en torno a los 1.000 metros. La nieve en esta época suele ser una constante.
Cartografía
I.G.N. 1:50.000 Hojas 316, 317, 348, 349 y 378.
Qué coche utilizamos
Suzuki Grand Vitara 1.9 DDiS
Consejos para la ruta
Durante el primer tramo no hay mucha pérdida. El navegante tiene buenos puntos de orientación, mientras que en la zona de la Sierra de San Marcos la cosa se complica con mucha oferta de caminos. Es muy habitual en toda la zona el uso de la bicleta de montaña, por lo que deberemos ser extremadamente prudentes.
Consejos para el rutero
La observación de fauna es constante durante el tránsito por los pinares y sabinares, por lo que es bueno llevar unos prismáticos. Para la visita de las zonas naturales, la humedad de la época aconseja calzado apropiado para los pies y buena ropa de abrigo, además de prendas de agua, ya que la lluvia y la nieve suelen estar presentes en esta época.
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Calatañazor
La visita turística a Calatañazor es más que obligada, por sus pequeños museos etnográficos, su iglesia parroquial, las sepulturas rupestres antropoides que datan el siglo X… Pero lo es más por su parada y fonda. En esta pequeña población serrana se concentra casi la totalidad de los recursos turísticos de la zona. Así, para comer y dormir recomendamos varios establecimientos:
Casa Rural de la Villa, en la calle Tirador, 11. Su teléfono es el 975 183 762 (www.casadelavilla.com). También la Casa del Cura, en la calle Real, 25. El teléfono es el: 975 18 36 31 (www.casadelcuraposadas.com). Otra opción es El Mirador de Almanzor, en la calle Puerta Vieja, 4. Su teléfono es el 975 183 642. Sin olvidar la Casa Rural de Calatañazor, que está en la calle Real, 10-12, y su teléfono es el 975 183 642 (www.calatanazor.com). En todos los casos vamos a encontrar un trato amable, buena gastronomía basada en la orza y el cerdo y unas casas restauradas y decoradas con gusto que ofrecen al viajero paz y descanso entre sus muros a precios razonables.
Reserva Natural Sabinar de Calatañazor
Dicen que el Sabinar de Calatañazor es uno de los bosques de sabinas (juniperus thurifera), mejor conservados del planeta. Con semejante título no podemos dejar pasar una detallada visita a esta pequeña reserva natural en la cual algunos ejemplares alcanzan un porte y una edad más que reseñables: 14 metros de altura, más de cinco metros de diámetro y algo más de un siglo de vida. A la zona, con unas condiciones climáticas asociadas a intensos y duraderos fríos invernales, heladas tardías y sequías estivales, se le une un suelo poco desarrollado que no deja lugar a mucha vida, pero que es suficiente para que la austera sabina sea capaz de sacar a través de sus profundas raíces agua y nutrientes. Tan extrema belleza es objeto de especial protección: el Decreto 143/1998, por el que se aprueba el plan de ordenación de los Recursos Naturales del Sabinar de Calatañazor y al que se le une la Ley 9/2000, que concreta la Declaración de la Reserva Natural del Sabinar de Calatañazor. Más información en www.patrimonionatural.org.
Monumento Natural de la Fuentona
A unos kilómetros de la Reserva Natural del Sabinar de Calatañazor encontramos el Monumento Natural de la Fuentona. Tras un impresionante escenario natural de páramos, cárcavas y desfiladeros calizos, aparece ante nosotros la Fuentona de Muriel, también conocida con el expresivo nombre de El Ojo del Mar, ya que da lugar al nacedero del río Abión. La zona es completamente visitable, incluso en silla de ruedas, pues se ha trazado un plano y bien acondicionado recorrido hasta el nacedero. El paseo es una delicia, con el continuo salto de aguas trasparentes y una exuberante vegetación y fauna. En la zona se puede realizar espeleología subacuática o incluso volar en globo, algo que organiza la empresa: www.flyingcircus.es También podemos recopilar información en la Casa del Parque o Palacio de Santa Coloma (teléfono 975 18 81 62 y web www.lafuentonademuriel.com).
Fauna y flora
Aparte de la sabina (juniperus thurifera), el pino negral (pinus pinaster) y el albar (pinus silvestris), podemos encontrar vegetación rupícola entre la que alcanzaremos a distinguir varias clases, según las zonas. Así, aparecerán a nuestro paso choperas en las zonas húmedas, mientras que en los márgenes de los ríos encontraremos juncos y cárices.
En cuanto a la fauna, la presencia humana y el pequeño espacio que ocupan estas dos zonas naturales no favorecen una presencia muy abundante. Así, en sus aguas veremos la trucha común y el cangrejo de río. En cuanto a aves: el martín pescador y la lavandera blanca.