Quizá éste era el resultado que todo el mundo, en mayor o menor medida, esperaba. Sin embargo, la carrera no ha sido precisamente un paseo para Sainz y Moya. La primera etapa constaba de dos tramos -uno de ellos, Arrebatacapas, acababa precisamente en Cebreros, donde Sainz tiene las viñas que dan lugar a su vino, Pegaso- que se repetían en dos ocasiones. El primero de todos debía suspenderse cuando una ambulancia se veía obligada a pasar por el trazado para socorrer a un motorista accidentado, por lo que hubo que esperar al segundo tramo para ver cómo Sainz se ponía líder con una ventaja de 8 segundos sobre el Lancia 037 del italiano Pedro y 13,7 sobre el otro 911 del gallego Jesús Ferreiro, que en el siguiente tramo subía a la segunda posición después de quedarse a sólo 1,8 segundos de Carlos Sainz. En el último tramo del día, Ferreiro se imponía y le recortaba 7,3 segundos a Sainz, que no se encontraba demasiado a gusto con la suspensión de su Porsche y que, también, notaba ciertos problemas de alimentación en su motor.
Con todo, los pilotos se iban a dormir a Ávila con Sainz líder, seguido a 8,2 de Ferreiro y a 20,5 del italiano Pedro. La segunda etapa, con un total de seis tramos, veía de nuevo cómo los problemas de alimentación de Sainz se reproducían, por lo que el madrileño se tuvo que esmerar para imponerse al gallego Ferreiro.Aún así, Sainz se impuso en todos los tramos, llegando al final del rallye con una ventaja de 46,7 segundos sobre un impresionante Jesús Ferreiro y 2:10,2 sobre el Lancia 037 de Pedro. En cuarta posición terminó Antonio Sainz, el hermano mayor de Carlos, que competía con otro Porsche 911,