El más esperado era el Subaru BRZ, un deportivo compacto desarrollado junto con Toyota -es idéntico al Toyota GT 86- con motor 2.0 bóxer de gasolina, inyección directa y 200 CV de potencia. Su punto fuerte es su bajo centro de gravedad, que permite disfrutar de una buena sensación de deportividad a pesar de que la mecánica no es especialmente radical. Lo curioso, para tratarse de Subaru, es que no cuenta con tracción total, sino trasera, mientras que el motor va en posición delantera.
Junto a él podemos ver su versión de carreras, bautizada como Subaru BRZ GT300, un bólido de competición que cumple con la normativa FIA GT3. Se encargará de sustituir al Legacy en la categoría GT300 del SuperGT, pero también abre la puerta a posibles competiciones internacionales.
Otra opción deportiva es el Impreza WRX STI S206, quizá el modelo que mejor abandera la tradición racing de la marca, sobre todo en lo que se refiere a un sedán de características deportivas. Por desgracia no se venderá en Europa, donde sí llegará el WRX STI en 2013. Sólo se producirán 300 unidades con dos especificaciones: una ‘normal’, con amortiguación Bilstein, llantas de 19 pulgadas, neumáticos Michelin Pilot Super Sport, fondo plano, splitters delanteros, asientos en Alcantara… y otra denominada NBR, con carrocería en color blanco, techo en fibra de carbono y un gran alerón trasero.
Por último, la alternativa menos deportiva la pone el Advanced Tourer Concept, un coche del segmento C con carrocería familiar y un diseño espectacular con aires de coupé -el frontal parece un poco Audi con esa parrilla hexagonal y la forma de los faros-. Monta un motor bóxer con inyección directa, turbo y un sistema híbrido, desarrollado exclusivamente para Subaru capaz de coordinar su trabajo con el de la tecnología Symmetrical AWD típica de Subaru. Se emplea un solo motor eléctrico para simplificar su estructura y peso. El sistema permite aplicar la conducción eléctrica a las cuatro ruedas, en arranques y en velocidades bajas.
Fotos: Javier Arús