Santana 3500 DL

Pocos vehículos han sido diseñados para uso exclusivamente rural e industrial. Los Santana son un claro ejemplo de una especie recientemente extinguida, en la que la sencillez prima por encima de todo.


La llegada a nuestro país de los todoterrenos japoneses y el cese de la colaboración con Land Rover obligó al fabricante español Santana a evolucionar sus veteranos Land Serie III. Ejes con entre 8 y 10 cm más de anchura, caja de cambios de cinco velocidades, dirección asistida y reductora accionada por una única palanca supusieron un notable avance. Pero llegaron tarde, y estos clásicos del todoterreno terminaron cayendo pronto en el olvido.El Santana 3500 goza de una mecánica derivada del motor de cuatro cilindros, al que se le añadieron dos más. En su día, este propulsor entregaba 95 CV; sin embargo, en el 3500 se anunciaba como 79 CV. Era un motor tranquilo que difícilmente bajaba de los 14 litros cada 100 km. Su fiabilidad está fuera de toda duda –incluso se incorporó a los pequeños camiones todoterreno IPV–, siempre que nos olvidemos de rodar a regímenes altos, donde su culata de inyección indirecta sufría más de lo deseado. En su día, se podían encontrar motores dotados de turbocompresor, de gran rendimiento para la época. El propulsor «tiene su aquel» a la hora de arrancar, pero, una vez en marcha, sus seis cilindros en línea suenan de maravilla. Has de tener en cuenta que los motores de arranque sufren mucho para poner en movimiento a este «seis cilindros» y es habitual que den problemas.

La conducción requiere cierto periodo de adaptación, por la imprecisión de la dirección y la posición desplazada del volante respecto del asiento. La suspensión podemos considerarla «de lujo». En esta versión, las clásicas ballestas semielípticas se sustituyeron por otras parabólicas, que ofrecen mejor tracción y son menos secas de reacciones.

A la hora de rodar, la primera idea que se nos viene a la cabeza es «hierro». No cabe escuchar más ruidos ni esperar una mayor dureza en el manejo. Sin embargo, transmite una sensación extraordinaria de poderío en campo, donde le sobran las barras estabilizadoras, que vienen muy bien en asfalto. La dirección va «a su bola», y el radio de giro es muy grande, pero gracias a la asistencia, se puede sobrellevar.

Muy útiles son los liberadores de rueda, que mejoran el tacto de la conducción sobre asfalto, terreno en que, gracias a sus seis cilindros, se puede rodar a velocidades de 110 y hasta 120 km/h sin problemas; ahora bien, comunicarse con el copiloto requiere elevar la voz debido al ruido interior.

La capacidad es la gran baza de este incansable trotamundos, que en esta última versión de todo un mito de la automoción, vio mejorados numerosos aspectos, como el parabrisas de una solo pieza, asientos más confortables y mejor insonorización. Cabe destacar los discos de frenos delanteros en sustitución de los tambores de toda la vida, elementos que mejoran de forma significativa la frenada.

Las fugas de aceite que surgen aquí y allí son una señal de identidad de la casa. Al profano le pueden alarmar, pero a los veteranos les bastará con un vistazo para saber si hay que preocuparse o no.

En el mercado, no hay muchas unidades de la gama 3500, pero, si te gustan los clásicos, este modelo es uno de los mejores; búscalo y tendrás un TT capaz de codearse, en campo, con los vehículos actuales.
 
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Mejoras en campo
 
Nacido por y para el campo, poco hay que mejorar en este singular todoterreno. Con el depósito lleno de gasóleo y unas provisiones, podremos disfrutar de un día de naturaleza y conducción que no nos dejará indiferentes. A su ritmo, el 3500 puede con todo; su par motor y su corta reductora nos llevarán a donde nos propongamos, pero justo es recomendar la instalación de un bloqueo de diferencial para mejorar la tracción. Quizá, el accesorio más indicado sea un cabrestante que asegure la movilidad en condiciones extremas, situaciones que con el Santana no nos echarán para atrás.
 
Cronología
 
1958 Santana inicia la construcción de vehículos a motor.
1974 Comienza la comercialización de la serie III, que se mantuvo en el mercado diez años.
1984 La llamada serie IV –Santana 2500 DL– sigue un camino independiente de los Land Rover británicos. Los motores pasaron de 2.284 a 2.495 cm3.
1989 La versión larga, de 109″ fue la encargada de recibir la mecánica de seis cilindros y 3,5 litros, que en 1989 dio lugar al Santana 3500 y que estuvo en producción tres años.
 
 

Santana 3500
Motor
Tipo Gasóleo, 6 cil. en línea
Cilindrada 3.429 cm3 (90,5×88,9 mm)
Alimentación Inyección mecánica indirecta
Distribución 2 válvulas por cilindro
Potencia máx. 79 CV (58 kW) a 4.000 r.p.m.
Par máximo 183 Nm (18,7 kgm) a 1.800 r.p.m.
Transmisión
Tracción Trasera permanente, con tren del. conectable y reductora
Cambio Manual, de 5 velocidades
Suspensión
Delantera/trasera Ejes rígidos, con ballestas y amortiguadores
Frenos
Delanteros/traseros Discos macizos/tambores
Dimensiones y pesos
Largo/ancho/alto 4.499/1.800/2.034 mm
Batalla 2.768 mm
Vía del./trasera 1.486-1.486 mm
Peso 2.200 kg
Maletero 1.000 litros
Depósito 68 litros
Ruedas
Llantas 16″
Neumáticos 7,5 x 16
prestaciones y consumo
Velocidad máx. 120 km/h
Consumo medio 12 l/100 km
Cotas
Ángulo  de ataque 40
Ángulo  de salida 30º
Ángulo ventral 155º
Profundid. De vadeo 70 cm
Altura libre 21 cm

 
 

Cuánto cuesta arreglarlo
Bomba de agua 77 e
Parachoques delantero 267 e
Faro delantero    130 e
Luna delantera 199 e
Amortiguador delantero 61 e
Amortiguador trasero 61 e
Radiador 289 e
Retrovisor 85 e
Fuente: Audatex. Precios sin IVA ni mano de obra, correspondientes a un modelo similar.

 
 
Alternativa
 
El Aníbal fue el sucesor natural del 3500
 
Santana Aníbal (2004). El Aníbal heredó los chasis y suspensiones del Santana 2500/3500 e incorporó refinamientos como el ABS y un soberbio motor turbodiésel Fiat-Iveco de 2,8 litros y 125 CV. Puedes encontrar unidades en buen estado a precios razonables, pero todas han pisado el campo asiduamente.
Precio: 7.000 e (100.000 km)

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