
A lo largo de esta semana ha tenido lugar en Moscú su tradicional Feria Interpolitex, dedicada a sistemas de seguridad y equipamiento para los cuerpos policiales. Y este año llegaba con una interesante novedad para los agentes de tráfico: El dispositivo Alkolaser, ideado por «Laser Sysyem», empresa afincada en San Petersburgo. Dicha compañía ya tiene en oferta tecnología láser al servicio del tráfico y la identificación de vehículos.
El artilugio, aunque en fase experimental, ya es fruto de muchos años de trabajo, y si las pruebas son un éxito los gobiernos podrán adquirirlo ya en 2011. Básicamente, consta de un láser que detecta si hay vapor de alcohol en el interior del coche. En caso afirmativo, su capacidad de conectarse on-line le permitirá enviar los datos del vehículo con la matrícula a la oficina de tráfico que corresponda. Se calcula que un sólo vaso de cualquier licor bastaría para que el sistema lo detectara, y es capaz de analizar el aire del interior de un vehículo siempre que este circule por debajo de 120 km/h.
Ni que decir tiene que el aparato es un orgullo para el Subjefe de Investigación Científica del Ministerio del Interior ruso, Vladímir Chernov: ««Fabricaremos dos modelos. Uno estacionario que será instalado en las carreteras, mientras otro será colocado sobre un trípode y será manejado por un policía de tráfico». Y es que a simple vista el Alkolaser podría confundirse con un radar más de los cientos que pueblan las carreteras de casi cualquier país.
Sin embargo, los inventores lo han concebido como un complemento para la prueba de alcoholemia tradicional, que es la que deberá confirmar si el vapor detectado por el Alkolaser se debe a un conductor ebrio. Rusia espera impaciente su puesta de largo, ya que les gustaría disponer del invento en 2012, y así controlar mejor el cumplimiento de la última tasa de alcohol máxima aprobada por el parlamento: 0 gramos de alcohol en sangre.