Lo importante de este concept car es adelantar el nuevo lenguaje de diseño de la marca, por lo que ni siquiera hay datos de motorizaciones. Como afirma el propio presidente de Seat, James Muir, «En el transcurso de los próximos años, SEAT llevará a cabo una amplia ofensiva de presentación de nuevos modelos en los que podremos apreciar el espíritu del IBL-, por lo que debemos esperar un futuro Ibiza y León con rasgos más marcados y superficies más esculturales.
Destaca su gran distancia entre ejes de 2,71 metros y su línea de techo descendente, a modo de coupé de cuatro puertas. Según la marca, el IBL conjuga la elegancia y la habitabilidad de un crossover con el aplomo y el diseño de una berlina coupé. El carácter juvenil y deportivo de Seat es más que evidente, a lo que ayuda un frontal fiel al concepto Arrow Design, unos voladizos muy cortos, faros afilados con tecnología LED… La forma de flecha se acentúa mediante una línea central trazada sobre el capó y por la parrilla de forma pentagonal, especialmente ancha y baja. La iluminación tipo LED está presente en todos los elementos del faro: luz de cruce, luz de carretera adaptativa, intermitentes y luz de día. Las entradas de aire situadas en los laterales de la zona inferior del frontal forman un conjunto de finas líneas que asemejan una placa base electrónica.
La vista lateral destaca por sus grandes ruedas de 20 pulgadas, combinando radios anchos con otros más finos, y por sus marcados pasos de rueda. La nervadura central y la línea cromada que circunda la superficie acristalada le confieren un aspecto más alargado, mientras que las pequeñas manetas de las puertas enrasadas en la carrocería y los soportes de aluminio de los espejos retrovisores exteriores, muestran un diseño minimalista. Todo termina en una zaga igualmente esculpida y elegante, con pilotos de LED que hacen de prolongación a la nervadura lateral. Un ligero pliegue nos insinúa la existencia del paragolpes posterior, decorado por un listón horizontal cromado bajo el que se sitúa un difusor.
Por dentro, el IBL hace gala del mismo minimalismo que hemos visto por fuera. Se ha eliminado todo lo superfluo y se ha hecho especial hincapié en la calidad del habitáculo, con materiales de gran calidad y lo mejor de la tecnología de Volkswagen. En las superficies predomina la piel de color claro mate como la de los medallones centrales de los asientos, que contrasta con otras recubiertas en piel de color negro, de carácter más deportivo, junto a otros elementos decorativos del mismo color rojo intenso del exterior de la carrocería. Lo que más llama la atención al observar el salpicadero es una superficie de cristal que cubre la totalidad del tablero de instrumentos y que se prolonga hasta la segunda pantalla que se encuentra en el centro del mismo. Justo detrás del volante se encuentra la pantalla principal, completamente digitalizada que permite al conductor programar sus funciones de acuerdo con sus preferencias personales. De esta manera, puede seleccionar una representación circular clásica de los instrumentos, o puede optar por una representación plenamente digitalizada.
Las distintas pantallas permiten seleccionar tres modos de funcionamiento e integrar los numerosos sistemas de entretenimiento, comunicación e información. El navegador, por ejemplo, recurre a los datos ofrecidos por Google Earth y obtiene informaciones sobre el estado del tráfico en tiempo real para calcular la ruta de viaje más apropiada. Los sistemas de información y entretenimiento se controlan de manera intuitiva por parte del conductor utilizando los pulgares sobre dos superficies táctiles integradas en los radios del volante.
La parte superior del salpicadero ha sido concebida como una gran salida de aire para el sistema de climatización, eliminando las corrientes de aire.