¿Cómo colocan las sillitas los españoles?
La empresa RiveKids Technology ha realizado un informe al respecto, estudiando el número y posición de los SRI de más de 2.000 automóviles localizados en Sevilla, Madrid, Soria, Zamora, Salamanca, Zaragoza o Madrid. Así, un 72,85% de los vehículos estudiados sólo llevaba una sillita en las plazas traseras; un 23,92%, dos; y únicamente el 3,23% de los automóviles, tres SRI.
En cuanto a la colocación de las sillitas, los resultados, a priori, no son excesivamente malos: de los vehículos que llevaban tan sólo una sillita, el 68,60% la había instalado en la plaza tras el copiloto, frente a un 28,60% que la ubicaba tras el conductor y un 2,80% que la llevaba en el asiento central.
Sin embargo, desde RiveKids alertan de tres errores comunes en la instalación de las sillitas, que han descubierto en el análisis de 571 vehículos y que puedes leer a continuación:
1.- La mala colocación del reposacabezas del vehículo: Es uno de los errores más habituales, que puede ocasionarse de dos formas distintas; pero ambas tienen solución consultando el manual de instalación de cada SRI:
Por un lado, hay usuarios que tienden a ‘sujetar’ el SRI con los reposacabezas del coche, algo que limita el acompañamiento de la silla con el niño en caso de impacto y modifica la posición final de su cabeza cuando se produce el retroceso debido al impacto.
Otro posible error es la retirada, por sistema, del reposacabezas del asiento del coche al instalar el SRI. Durante la elaboración del estudio, desde RiveKids han advertido que aproximadamente la mitad de los vehículos en los que la altura del respaldo del SRI sobrepasaba la altura del respaldo del asiento habían retirado los reposacabezas. Pero sólo debemos hacerlo cuando el fabricante del mismo así lo aconseje.
2.- La presencia de objetos sueltos en el habitáculo: En 9 de cada 10 vehículos inspeccionados se encontraron objetos sueltos, como juguetes o botellas de agua. El problema es que, en caso de una deceleración brusca, estos pueden convertirse en auténticos proyectiles, capaces de causar lesiones de importancia tanto al menor como al resto de ocupantes del vehículo. Por ejemplo, y poniéndonos en un caso extremo, un objeto de sólo 100 gramos que sea sometido a una deceleración de 25,22G (esta cifra es el pico de deceleración máxima que se obtiene durante un ensayo de impacto frontal en la homologación de una sillita bajo la normativa R129 o i-Size) pasaría a impactar con una fuerza equivalente a 2,47 kg.
3.- El uso inadecuado del Top Tether: El estudio evidencia un mal uso del Top Tether en casi el 70% de los vehículos que lo incorporaba. Esa utilización inadecuada engloba desde la no conexión de la correa hasta la unión de la misma a otro punto distinto del tercer punto de anclaje (por ejemplo, a alguna argolla destinada a sujetar la carga), pasando por la correcta conexión de la correa, pero descuidando el necesario tensado de la misma.