No se me olvida. Estaba oscureciendo. Subía por una carretera de doble sentido sin arcén, más bien estrecha y plagada de curvas. El control de cambio de carril iba conectado. Curva de derechas, arbustos en el interior de la trazada y un largo guardarraíl. Empiezo a trazar la curva. Voy a unos 70 km/h.
En plena trazada, de repente, un peatón caminando por mi derecha. Tengo el tiempo justo para abrirme, porque no viene nadie, y esquivarle. Y, entonces… el ‘bendito’ control de cambio de carril entiende que me voy a salir de mi carril, así que me corrige la dirección y me vuelve a meter contra el peatón. Reacciono con otro nuevo volantazo y logro esquivar al peatón, que debió acordarse en ese momento de toda mi familia, igual que yo me estaba acordando de la toda la familia del que inventó el sistema…
No digo que no sea un sistema de seguridad válido en muchas circunstancias, pero esta historia sirve como claro ejemplo de que algunos de estos sistemas, en ocasiones, es mejor llevarlos desactivados. Y, sobre todo, cuando son de las primeras generaciones, en las que el resultado no estaba del todo afinado.
Tengo también experiencias negativas con el sistema de frenado de emergencia, el aviso de peatones, la conexión de la luz larga de forma automática… Por suerte, todas han quedado en sustos. Pero podrían haber acabado en incidentes.
El problema no está en que los coches tengan estos sistemas. El problema está en que, en muchos casos, desconectarlos es complicado, y requieren brujulear por diferentes submenús de la pantalla central o seguir una especie de secuencia extraña a través del ordenador de a bordo. Es un error.
Y eso por no hablar de los sistemas acústicos de avisos por casi cualquier cosa, que te acaban poniendo de los nervios. Se supone que conducir con calma es una de las grandes claves de la seguridad. Pues bien, en algunos de los últimos coches que he probado, he acabado desquiciado por culpa de los pitidos que, además, son casi tan difíciles de desconectar como cambiar una correa de la distribución…
Y es que estos sistemas deberían poder desactivarse a través de un botón, con un solo toque. BMW ha tenido hasta hace muy poco un botón en el centro del salpicadero que permitía desconectarlos a la vez, según lo tuvieses configurado. Pero también ha desaparecido, en cierta forma también por temas legales y de homologación.