El punto de mira de los vehículos eléctricos continúa siendo la autonomía, ya que este factor desempeña un papel fundamental a la hora de decidir si optar por un coche eléctrico o mantener uno de combustión interna. Para abordar esta cuestión, los gobiernos de diversos países han centrado sus esfuerzos en identificar soluciones rápidas y establecer puntos estratégicos de carga para hacer que la transición hacia los coches eléctricos sea más conveniente y accesible para los consumidores.
La falta de infraestructuras está ralentizando la venta de estos vehículos y causa algún que otro estrago a aquellos que ya los tienen. Japón, en su ideal de potenciar la venta de estos vehículos, ha desarrollado una idea que podría ser una interesante solución.
En la ciudad de Kashiwa, situada en las proximidades de Tokio, es donde se está llevando a cabo este pionero proyecto, liderado por las universidades de Tokio y Chiba en colaboración con empresas de renombre como Bridgestone, NSK y Denso. Se centra en una tecnología que ofrece recarga por inducción en los semáforos.

La esencia de esta iniciativa radica en la instalación de bobinas especiales en la superficie de la carretera, estratégicamente ubicadas cerca de los semáforos. Estas bobinas se sincronizan con dispositivos incorporados en los vehículos eléctricos e híbridos enchufables, lo que permite la transferencia de energía.
Este sistema garantiza que por cada 10 segundos que se encuentren en estos novedosos puntos de carga pueden obtener en torno a un kilómetro más de autonomía. Aunque esto supondría un gran avance, especialmente en las ciudades que padecen más congestión, este es un experimento que se encuentra solo en una fase temprana de pruebas, por lo que desconocemos el funcionamiento real de las bobinas, así como los dispositivos que tendrían que llevar instalados los coches para poderse cargar de manera inalámbrica.
Otros sistemas de carga inalámbrica para vehículos eléctricos
Aunque este sistema es innovador, la carga inalámbrica es un concepto que ha sido objeto de conversación durante varios años. Este método de carga se ha extendido relativamente en estacionamientos privados de Corea y EE.UU., donde el vehículo se coloca sobre una placa que, al detectar el automóvil, inicia la recarga sin necesidad de cables. A día de hoy es algo no muy común, sin embargo, se prevé que en los próximos años se generalice y se convierta en una forma de carga ampliamente adoptada.

Asimismo, son varios los países que han probado algo similar en sus carreteras, como por ejemplo Suecia, Israel, Alemania y también ha habido pruebas en Francia y Noruega. En este caso los coches se cargan al rodar por una vía electrificada que esconde, a unos 8-10 centímetros de profundidad, unas bobinas de cobre que conforman un sistema de carga inductiva. Estas bobinas generarán un campo electromagnético capaz de transferir energía de manera inalámbrica a los vehículos eléctricos que cuenten con la tecnología necesaria para captarla.
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