En Copenhague, el 50% de los ciudadanos van a trabajar en bicicleta cada día y el número de bicicletas supera al de habitantes. Este dato, sumado al gran uso del transporte publico han convertido a la ciudad danesa en una de las más limpias de Europa.
No obstante, para conseguir el objetivo de ser ‘carbono neutral’ para el año 2025, se requiere conseguir aún más alejar a la gente del uso de sus coches y potenciar la bicicleta y el transporte público. Para conseguirlo, el último plan de transporte de la ciudad va dirigido a estos objetivos.
La mejor manera de hacer un medio de transporte más atractivo es que sea rápido. A finales de este año, Copenhague quiere reducir los tiempos de viaje de autobús entre un 5 y 20 por ciento, y los tiempos de viaje en bicicleta en el 10%.
Para hacer eso, Cophenage está realizando ya una inversión de 8.9 millones de dólares en la instalación de 380 señales de tráfico «inteligentes» que identifican y priorizan el paso para autobuses y bicicletas.
Los autobuses comunican su posición, el número de pasajeros y los retrasos en las señales de tráfico. Las luces verdes podrían extenderse entre ocho y 30 segundos para mantener en movimiento los autobuses y evitar retrasos. Por su parte, para ayudar a los ciclistas, Cophenage ha instalado semáforos inteligentes que miden la velocidad, detectando a los ciclistas y adaptandose en consecuencia, gracias también a las cámaras de tráfico.
