Misil tierra-tierra
Como siempre ocurre cuando se habla de récords de velocidad, las mejoras consisten en potenciar el motor y aligerar los materiales que componen el vehículo. El motor es un V8 de aluminio fabricado por SCC y desarrolla 1287 CV a 6075 rpm, incluso esta exageración caballos puede que no sea suficiente para batir el ansiado récord.
Estéticamente, el SCC Ultimate Aero ha sufrido un pequeño restyling en las tomas de aire laterales hechas en fibra de carbono, ahora son más anchas y perciben un 20 % más de aire para refrigerar el conjunto del motor.
El morro del SCC también ha sido rediseñado con el fin de mejorar el flujo aerodinámico. Un detalle digno de agradecer es que los horribles grupos ópticos del anterior Ultimate Aero hayan adquirido la misma tonalidad que la línea negra que recorre el coche desde el frontal hasta la zaga.
Ya lo hemos visto antes
Además, el SCC posee un spoiler trasero de unos 20 cm que se levanta cada vez que accionamos el freno. Este sistema recibe el nombre de Aerobrake y ya lo hemos visto antes en el Buggati Veyron. Al igual que el Apollo Gumpert y la mayoría de supercoches aspirantes al título de vehículo de producción de serie más rápido del mundo, el SCC Ultimate Aero tiene muchas similitudes con el McLaren F1 diseñado por el genial Gordon Murray y el Ferrari Enzo.
Este tipo de coches sentaron las bases sobre como debería de ser un coche deportivo pura sangre: postura de conducción muy adelantada hasta casi centro del vehículo- característica que el SCC no comparte-, fibra de carbono y titanio en el chasis y la carrocería y el menor peso posible.
Ése es uno de los fallos del SCC Ultimate Aero. Pesa 1905 Kilos, demasiado pesado para un coche que pretende batir el récord de velocidad – recordemos que el McLaren F1 pesaba 1228 Kg y el Pagani Zonda 1220 Kg-.
No debería superar la frontera de los 1400 Kg aunque en algún sitio se tendrían que notar los 1287 CV. Veremos en qué acaba todo esto.
