En España tenemos un parque de vehículos cada vez más antiguo, con un gran número de vehículos que circulan sin un mantenimiento correcto, y con una previsión de movilidad que va en aumento, como muestran las previsiones de la DGT para este verano. Además, y según el Barómetro de Averías, los vehículos sufren cada vez más problemas mecánicos, lo que puede afectar al riesgo de sufrir un accidente.
Casi 7 millones de vehículos estarían circulando con un mantenimiento incorrecto, de los cuales, más de 550.000 no han sido sometidos a revisión por parte de sus propietarios. Según los datos recogidos en el Observatorio Español de Conductores, el 22,5% reconoce retrasar los intervalos de mantenimiento por encima de lo recomendado.
A medida que el vehículo se va haciendo viejo, el propietario alarga los plazos de mantenimiento y la frecuencia de las revisiones. Mientras el 83,9% de los que tienen un vehículo de menos de 5 años sigue la frecuencia indicada por el fabricante, sólo el 55,3% de los que tienen un vehículo de más de 15 años hace lo mismo, con un preocupante 5,4% que confiesa no revisar nunca su coche.
El mantenimiento básico del vehículo incluye la revisión de la presión de los neumáticos, el líquido limpiaparabrisas y del nivel de aceite, lo que según DUCIT realizan más de la mitad de los conductores al menos una vez cada tres meses. Por el contrario, los conductores reconocen que lo que menos revisan, con intervalos de inspección por encima de los dos años, es el estado y reglaje de las luces y el nivel del líquido de frenos, con un 24,5% y un 28,2%, respectivamente.
A raíz de la crisis, los conductores reconocen que ha reducido las partidas presupuestarias en el mantenimiento del vehículo. Uno de cada tres conductores ha necesitado llevar su vehículo al taller por culpa de un fallo mecánico. Por tipo de problema, destacan las incidencias con el motor (31,9%), electricidad / electrónica (15,9%) o frenos (11%).
Consejos para revisar el vehículo
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Comprobar el estado de los neumáticos, como la profundidad del dibujo, y la presión de los mismos (sin olvidar la rueda de repuesto).
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Comprobar el nivel de líquidos: aceite de motor, refrigerante, frenos, dirección…
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Comprobar el estado de la dirección y frenos.
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Comprobar el estado y ajuste en altura del alumbrado, sobre todo si se va a conducir de noche.