Con el frío, es inevitable que los cristales del coche se empañen, sobre todo si el coche pasa la noche en la calle y las temperaturas son especialmente bajas en el exterior. El vaho resta visibilidad y conducir sin eliminarlo por completo puede ser peligroso, pero muchos conductores no saben cuál es la mejor forma de acabar con esta situación. Seat ha preparado unos consejos para eliminar el vaho de los cristales y conducir de forma segura a pesar del frío.
Para empezar, hay que saber por qué aparece el vaho: este fenómeno se produce cuando hay un contraste entre la baja temperatura del exterior y una más alto dentro del vehículo, generalmente cuando nos montamos. «Cuando nos encontramos en esta situación, debemos subir la temperatura del aire acondicionado al máximo y orientar los difusores hacia la luna y los cristales«, explica María García, ingeniera del Departamento de Desarrollo y Aerodinámica de Seat.
No es aconsejable conducir con muchas capas de abrigo y menos con guantes, bufandas y gorros, ya que suelen dificultar nuestros movimientos y, por este motivo, comprometer la seguridad. «Los guantes son recomendables tan solo en casos excepcionales cuando las bajas temperaturas disminuyen la sensibilidad de las manos al volante«, señala la experta de Seat.
La ‘temperatura de confort’ son 21 grados
La mejor manera de entrar en calor dentro del coche es utilizar el sistema de climatización, sobre todo si tiene asientos calefactables o volante con calefacción. «Debemos activarlos justo al subir al coche y regular su uso según nos vamos aclimatando, evitando utilizarlos de forma prolongada a alta temperatura«, aconseja María García. La temperatura ideal para viajar son 21,5 grados y se le llama ‘temperatura de confort’. Con la opción Auto del climatizador se puede regular y mantener de forma automática la temperatura; «activando el modo Auto se logra un reparto homogéneo: la mitad del aire caliente sale por los pies a unos 40º y se enfría cuando llega a la cabeza, para que nos mantengamos más despejados al volante«, explica la ingeniera. De hecho, conducir con calor extremo en la parte superior del cuerpo puede provocar somnolencia: «Circular a 35 grados es similar a hacerlo con una tasa de alcoholemia de 0,5 gramos por litro de sangre«, advierte María García.
Por último, conviene recordar que el calor no supone costes adicionales, ya que la calefacción no consume combustible ni agua extra. La experta de Seat señala que «el agua caliente del motor se usa para la climatización y vuelve al motor a una temperatura caliente, pero mucho más baja de lo que salió, por lo que en realidad se podría considerar que ayuda al radiador del motor«.