A través del estudio realizado, los datos revelan que un 20% cree que es más seguro un alzador sin respaldo a partir de los 25 kilos (lo que correspondería a un grupo 3), un 23% no lo sabe y un 6% incluso considera que daría igual llevar un sistema con respaldo frente a uno alzador sin respaldo. El 51% de los usuarios restante si considera más seguro el respaldo.
En general, el 35% de los usuarios considera que no dispone de suficiente información a la hora de comprar una silla. Pero ¿realmente tiene importancia llevar un respaldo en el caso de un accidente? Para conocer mejor sus consecuencias, y con la referencia de otros estudios internacionales, se realizaron unas pruebas de impacto simulando un choque lateral con los dos sistemas, un elevador con respaldo y un alzador.
Pruebas de impacto lateral de un elevador con respaldo frente a un alzador
Distintas investigaciones (Arbogast, Orzechowski, Newgard…) han demostrado que un impacto lateral es más peligroso que un impacto frontal, sobre todo para los niños. La mayoría de las lesiones analizadas como consecuencia de este tipo de accidentes se producen en la zona de la cabeza de los niños, provocadas por el golpe del menor contra la estructura interior del coche debido a su proximidad. Además, la posible protección que ofrece el airbag lateral se ve reducida por la altura del menor, que impacta contra la puerta fuera de la zona de influencia de un airbag pensado para adultos.
Para estudiar mejor las consecuencias, se realizaron dos impactos laterales dinámicos (o Crash Test) a 50 km/h con dos sillas: una del grupo II – III (de 15 hasta 36 kilos) y un alzador del grupo III (de 25 a 36 kilos) homologadas bajo la norma R44/04. Las dos pruebas se realizaron por un laboratorio independiente bajo los mismos criterios, utilizando para ello un “dummy” de un niño de 6 años situado en la plaza trasera, detrás del puesto del copiloto.
Un sistema de retención infantil sin respaldo (Gr. III – alzador) incrementa la altura del niño respecto al asiento original del vehículo y permite una mejor adaptación del cinturón de seguridad a la geometría correcta. No obstante, la ausencia de partes que protejan el tórax y la cabeza, frente a un choque lateral hace que el niño se vea desplazado hacia la puerta y retenido únicamente en la zona de la pelvis. El cinturón se desliza sobre el hombro produciéndose un contacto de la cinta con el cuello del niño, golpeando la cabeza y el tórax del niño la puerta. El criterio de daño en cabeza se multiplica por seis con respecto al mismo impacto del maniquí ubicado en un elevador con respaldo.
El elevador con respaldo (Gr. II – III) incorpora una protección frente a impactos laterales que mitiga el daño que se pudiera originar. La silla con respaldo incorpora unas guías que posicionan el cinto sobre el hombro del niño, adaptándose a su altura, y que en caso de un impacto lateral, permanece sobre el hombro del niño. Los apoyos del lateral del asiento, situados en todo el contorno del cuerpo (cabeza, tórax y pelvis) uniformizan las fuerzas de contacto y evitan la exposición del cuerpo a contactos directos con el lateral del vehículo. El niño permanece dentro de la silla en todo momento. Tras el análisis de los resultados de las pruebas de impacto, la recomendación de RACE, CYBEX y la DGT es llevar siempre al niño en una silla con respaldo.