Fue el primer vehículo con propulsión trasera de la marca francesa y su desarrollo se realizó en colaboración con Fiat. De hecho, el Simca 1000 derivaba del Fiat 600 pero su diseño se inspiraba en el del Chevrolet Corvair de 1960 -obra de Revelli de Beaumont en colaboración con el carrocero Boano-.
Duro rival Nació para luchar contra el nº1 de ventas en la Francia de entonces -el Renault Dauphine-, y entre su amplia gama que abarcaba las versiones 900, 1000 L, 1000 LS, 1000 GL y 1000 GLS, Barreiros eligió para nuestro mercado el 1000 L -bautizado en España como Standard- y el GLS -aquí se denominó GL-.
En mayo de 1966 se presentó el acabado GLE, dotado de radio, pintura metalizada… y la versión potenciada Conti Turismo Veloce, capaz de alcanzar los 150 km/h y hacer el 0 a 1.000 metros en 34 seg., a base de sustituir el árbol de levas, el filtro de aire y el escape, junto con modificaciones en culata, carburador y bielas.
En octubre de 1966 apareció la versión comercial, sin asientos posteriores ni cristales traseros.
Así lo “anunciaron”
En su lanzamiento tuvo dos eslóganes: uno pretencioso –«Para Ud. que sabe elegir lo verdaderamente perfecto»– y otro ingenuo –«Será más feliz con su Simca 1000»-. Más tarde apareció el más conocido: «El cinco plazas con nervio».
¿Cuánto costaba?
La versión Standard, 105.000 pta ff y la GL, 115.000 -la más vendida-; se situaba por debajo del R8 y era un 20% más caro que el Seat 850 de dos puertas.
Primer automático
En febrero de 1967 llegó la variante automática -la primera fabricada en España con ese tipo de cambio-, de tres marchas -tenía un sobreprecio de 12.000 pta-.
Por dentro
La versión Standard carecía de parrilla cromada, deflectores en las puertas delanteras y tapa en la guantera; su acabado, en general, era muy sobrio.
La versión GL ofrecía asientos reclinables, tapizados en skai, ruedas de banda blanca, espejo en el parasol derecho, ceniceros traseros, así como molduras laterales y tapacubos niquelados; todo ello le confería unas mayores prestaciones.
Así iba
Las prestaciones cronometradas al Simca 1000 se cifraban en una velocidad máxima de entre 127,3 y 131,4 km/h, recorriendo 1.000 metros desde parado en 42 segundos y consumiendo entre 6,8 y 9,2 litros cada 100 km en carretera -el consumo llegaba a los 10,1 litros en ciudad-.
Estas prestaciones comparadas con las de su encarnizado rival, el Renault 8 -«Es más coche», rezaba su publicidad- eran algo inferiores, pero aventajaban a las de su otro competidor el Seat 850.
Conclusión
Atractiva berlina de cuatro plazas que ofrecía unas buenas prestaciones y resultaba muy manejable en ciudad; por contra, su estabilidad era mejorable y era muy sensible al viento lateral.
Compacto de referencia…
Lo bueno… La prensa especializada no fue amable con el Simca 1000. L’Auto-Journal consideraba que poseía una dirección poco precisa que, unida a su blanda suspensión, le convertía en un coche cómodo pero inestable -la carrocería balanceaba demasiado-… eso sí, reconocía que registraba unas buenas prestaciones y era manejable. .
Y lo malo… Por su parte, la crítica española también le reprochaba su mala estabilidad -sensible al viento lateral y con tendencia al subviraje-, así como su escaso maletero y su elevado consumo; eso sí, alababa su diseño, la -alegría- del motor, la excelente caja de cambio y, gracias a sus contenidas dimensiones, lo manejable que era en ciudad.
|
Ficha Técnica
|