Allá por el año 1788, dos inventores escoceses llamados James Watt y Matthew Boulton, fueron capaces de desarrollar un sistema que controlaba la velocidad de las máquinas de vapor, al que se puede considerar el primer contol de velocidad de crucero de la historia. Obviamente, no tiene nada que ver con el que emplean los coches actuales.
De hecho en el automóvil su aparición tuvo lugar en el año 1958, cuando la marca de vehículos Chrysler incorporó en algunos de sus modelos el primer sistema de control automático de velocidad. Y, en la actualidad, este sistema ha pasado a ser un elemento más de seguridad activa de un automóvil ya que, reducen el riesgo de tener un accidente y previenen continuamente que el accidente se produzca. Además, ayudan a minimiza las posibilidades de que ante una distracción del conductor se produzca un accidente o se incumplan las leyes del tráfico.
El sistema de control de velocidad también denominado en algunas marcas como en Mercedes-Benz “Tempomat”, ayuda a la conducción y mantiene la velocidad del vehículo de una forma totalmente automática, consiguiendo que el conductor no tenga que mantener el pie en el acelerador y así reducir la fatiga en la conducción y hacer que los viajes sean más cómodos.
¿Cómo funciona este sistema?
Mediante el mando correspondiente que incorpora el vehículo para el control de velocidad, seleccionamos la velocidad que queremos fijar para la conducción, pudiendo ir en el volante si es multifunción o en una palanca cercana a la de las intermitencias.
Hay que destacar que según modelos, el sistema no se puede activar a una velocidad inferior a 30 km/h, pero depende de cada marca y fabricante de vehículo. Una vez seleccionada la velocidad, la unidad electrónica de gestión del motor se encarga de mantenerla, tanto en subidas como en bajadas, hasta que el conductor pisa el freno o el embrague; momento en el que se desactiva el sistema. No obstante, también puede desactivar con el propio mando de forma manual.
En modelos de vehículos que incorporan sistemas ADAS (Sistemas Avanzados de Asistencia a la Conducción) y, en concreto, en aquellos que llevan radar de proximidad o sistema precolisión, el sistema no solo se encarga de controlar la velocidad, sino que también regula la distancia con los coches que nos preceden, denominándose Control de Crucero Adaptativo ACC (Adaptative Cruise Control).
El sistema de Control de Crucero Adaptativo ACC (Adaptative Cruise Control) se incorpora, por lo general, en vehículos con caja de cambios automática porque necesita cambiar de marcha cuando la velocidad se reduce demasiado y de una manera brusca. No obstante, ya empieza a extenderse también entre los coches manuales.
Hay que tener en cuenta que el sistema de control de velocidad de crucero es mantiene la velocidad del vehículo de una forma más eficaz que cualquier conductor regulando el pedal de acelerador. No obstante, también hay que destacar que en determinadas circunstancias el vehículo consume más combustible, debido a que el motor ajusta al máximo la velocidad, tanto en subidas como en bajadas… mientras que un conductor puede adaptarse mejor a este tipo de situaciones.
Por ejemplo, en una subida puede reducir ligeramente la velocidad y ahorrar combustible subiendo a punta de gas, mientras que con el control de velocidad siempre se circulará a la misma velocidad… independientemente de cuánto haya que exigir al motor para ello.
En la actualidad, la conducción de un vehículo con este tipo de dispositivos hacen que los viajes se hagan de una forma más cómoda y segura, reduciendo la fatiga y el cansancio y haciendo que se disfrute al máximo de todas las prestaciones del vehículo.
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