El Kia Sportage se ha convertido en el mayor superventas de la marca coreana, al menos en Europa y, con la actualización que llegará a los concesionarios en octubre, el SUV compacto continuará cosechando excelentes cifras de ventas. El rediseño de este modelo estrena pequeñas modificaciones estéticas que se concentran en el frontal y en el aspecto de los pilotos traseros, aunque sigue midiendo 4,48 m de longitud, 1,85 m de anchura y 1,63 m de altura. Por dentro, cambian algunos elementos, como el volante o el salpicadero, pero los cambios más trascendentes afectan a la gama mecánica, puesto que estrena un motor diésel de 1.6 litros y otro 2.0 diésel con tecnología microhíbrida.
- Más información: Primera prueba del Kia Sportage 2019
La oferta de motores del todocamino coreano sigue siendo muy amplia y en gasolina se ofrece con las mismas motorizaciones que la versión que se comercializa actualmente, si bien han sido revisadas para rebajar las cifras de consumo y emisiones, cumpliendo ambos con la normativa de emisiones Euro 6d TEMP. De esta forma, está disponible el 1.6 GDi atmosférico de 132 CV y el 1.6 T-GDi turboalimentado de 177 CV y 265 Nm de par. Ambos son mejor opción que cualquiera de los diésel en caso de que no se vayan a realizar muchos km al año, sobre todo ahora que el diésel no está pasando por su mejor momento. Con todo, la variante de acceso no permite viajar con excesiva carga y sus prestaciones son simplemente correctas, por lo que es más recomendable el 1.6 T-GDi por su mayor solvencia y porque, en la práctica, los consumos de uno y otro son muy similares; además, el más potente se puede combinar con el sistema de tracción 4×4 y la caja de cambios de doble embrague y siete velocidades.
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Para aquellos que pasen más tiempo en la carretera, el nuevo motor diésel 1.6 CRDi es una buena alternativa. Es más limpio y eficiente que el 1.7 CRDi al que sustituye y está disponible con dos niveles de potencia: 115 y 136 CV. El menos potente es suficiente para moverse con soltura, eso sí, solo puede combinarse con la tracción delantera y la caja de cambios manual de seis velocidades. El de 136 CV ofrece una respuesta más enérgica y puede tener tracción total y transmisión automática de doble embrague, ya sea con estos elementos o sin ellos -manual y 4×2-, la versión más potente es más recomendable. En ambos casos se utiliza el AdBlue.
Más agilidad y menos consumos con el diésel de 185 CV
Como te contamos en la primera toma de contacto, el bloque 2.0 diésel de 185 CV y 400 Nm será el encargado de estrenar la gran novedad de esta actualización, la tecnología mild hybrid o microhíbrida, que la marca comercializa como EcoDynamics+. Este sistema, que de momento solo estará disponible en el motor diésel de dos litros -en 2020 llegará al 1.6- utiliza una pequeña batería de iones de litio de 0,44 kWh de capacidad y 48V.
Disponible con una caja de cambios manual de seis velocidades o con una automática de ocho, el sistema EcoDynamics+ ayuda al motor de combustión con una aceleración de hasta 12 kW, pero también es capaz de actuar como generador para provechar la energía de la deceleración y las frenadas para recargar la batería. Además, si la batería tiene suficiente carga, apaga el motor térmico durante los periodos de frenada y retención para reducir el consumo y las emisiones. Este motor ofrece una respuesta más enérgica que el 1.6 diésel, por lo que es la opción más recomendable si buscas agilidad y bajos consumos.