La acción en pista estuvo muy animada en los octavos de final,que tenían que disputar los pilotos que no se clasificaron entre los cuatro primeros de los libres junto a Joan Vinyes, el ganador del duelo contra Gorka Antxustegi con los Swift S1600. Fue en octavos cuando Marc Gené destrozó la trasera de su SR Car (450 kg., 185 CV, más de 10.000 rpm) al sobrevirar en la primera curva de la parte interior del circuito. Stéphane Peterhansel, siete veces ganador del Dakar, tampoco se adaptó bien al constreñimiento de correr dentro de los límites de un campo de fútbol. El francés también acabó su noche contra la barrera. En los duelos de cuartos de final, Andy Soucek y Xevi Pons quedaron eliminados en unas monturas que parecían difíciles de domar.
Y la puesta en escena fue tan buena como las carreras en sí: Un locutor se esforzaba por animar a las gradas en cada vuelta de formación de cada uno de los duelos sobre cuatro ruedas que vivió anoche el estadio Vicente Calderón; los pilotos se escondían bajo las escaleras de los vestuarios. Entonces, el animador pasaba lista y uno por uno iban recibiendo la ovación del público mientras se dirigían a una muy breve entrevista previa en el escenario improvisado en mitad de pista. Y qué decir de la ceremonia del podio: Jamás los periodistas habían podido colocarse tan cerca. De repente, un empleado de la organización nos empuja hacia atrás y se pone en marcha una espectacular retahila de tracas y fuegos artificiales.
Además, entre carrera y carrera, el especialista en freestyles Chris Pfeiffer entretenía al público con sus acrobacias sobre una BMW F800 R, y la organización se atrevió a meter por este estrecho y resbaladizo circuito con un NASCAR de 500 CV. La guinda la puso el duelo entre los ex-futbolistas Cañizares y Salinas en sendos Suzuki Swift de competición. La victoria se la llevó Cañizares, y no es de extrañar, pues el que fuera portero del Valencia ha encontrado una nueva vocación en los rallies.
Pero bastaba con prestar un poco de atención a la finura de Sordo -que venció a Liuzzi por los pelos en semifinales– y Alguersuari -que venció de nuevo a Sutil después de haberlo mantenido a raya en las últimas vueltas del GP de Europa– para vaticinar que la final se la jugarían entre ellos dos. El primero que ganara dos mangas se proclamaría vencedor de esta Stadium Race y las diferencias fueron tan mínimas que tocó llegar a la ronda de desempate… y al anticlímax. En la última manga, el SR Car de Jaime Alguersuari dijo basta. Ni un solo abandono mecánico en toda la noche y tenía que ser ahora… Al final, Dani Sordo pudo añadir esta curiosa competición a su palmarés, mientras Jaime saludaba decepcionado mientras salía de su coche y los espectadores se lamentaban de no haber disfrutado de la «foto finish» que este evento se merecía. Pero la velada estuvo bien, sin duda.
