Subaru Forester 2.0 X V.S. Skoda Octavia Combi 2.0 FS

Con innegable aspecto de modelos familiares, los Forester y Octavia se amoldan a la perfección a la definición de vehículos de ocio. Bien es cierto que su discretísima presencia les sitúa en desventaja estética pero no por ello les deja de dotar de una polivalencia que los hace perfectos para cumplir el papel de todocamino para todo uso.

Carrocería

En ambos casos, se trata de conjuntos monocasco, como no podía ser de otra manera, sobre todo en el caso del Skoda, que no deja de ser un turismo evolucionado. Ninguno de los dos modelos destaca por presentar una estética agresiva o innovadora; es más, pueden llegar a ser tildados de impersonales, cuando no de comunes rancheras.

Huyendo de esta imagen, el Subaru cuenta con unos voluminosos paragolpes integrados (el trasero más bajo para facilitar las tareas de carga), que le dan un aspecto más robusto, y la peculiaridad de las puertas delanteras sin cerco.

Por su parte, el Octavia Combi sólo se distingue de su homónimo de tracción delantera por un logotipo distintivo en el portón trasero y una moldura lateral. Frente a su rival japonés, destaca la posibilidad de poder montar faros de xenón como opción, lo que no se encuentra disponible para el Forester 2.0 X, aunque sí en el 2.5 Turbo.
Después de la última remodelación, el Forester adoptó llantas de 16 pulgadas, mientras que el Skoda sigue manteniendo como equipo de serie las de 15.

Por dentro Subaru Forestes

Sin ser un dechado de diseño, el interior (bicolor en la unidad analizada) está impecablemente terminado y el equipamiento es completo, con climatizador y equipo de audio con mandos en el volante. Lo más característico del Forester atmosférico sigue siendo la semirreductora, cuyo mando se encuentra situado junto a la palanca del freno de estacionamiento.

Por dentro Skoda Octavia Combi X4

Aunque ha sido tachado de impersonal, el interior del Octavia es ergonómicamente intachable, así como sus acabados y materiales de primera calidad. Una de las pocas diferencias estéticas respecto al Octavia de tracción delantera es el distintivo de la palanca de cambios, de seis relaciones, idéntico al que monta la otra versión del modelo, la 1.9 TDI.

Habitáculo

En el interior de ambos vehículos se han resuelto unos puestos de conducción cómodos, con fácil acceso a la instrumentación y las regulaciones necesarias en las butacas.
La banqueta trasera del Forester recibió un aumento de cinco centímetros de longitud tras el último restyling, con lo que ahora ofrece un mayor grado de confort.

En el Octavia, éste siempre ha sido uno de sus puntos fuertes, al igual que un inmenso maletero de 580 litros, que puede llegar hasta los 1.620 con los asientos abatidos, e incluso se puede incorporar opcionalmente un doble fondo. Por su parte, el del Forester sólo cuenta con 387 litros de capacidad, aunque dispone de múltiples ganchos para adecuar la carga y una rueda de repuesto de tamaño completo, mientras el Octavia la lleva de emergencia.

Ambos presentan unos acabados impecables con unos materiales de calidad, si bien en diseño es el japonés es el que se lleva la palma con una consola central donde se aglutinan los mandos del climatizador y el audio, frente al ergonómicamente impecable, aunque anodino, interior del Octavia, que adolece de falta de personalidad.
En cuanto al equipamiento de seguridad pasiva, los dos garantizan la protección de los ocupantes con sendos airbags laterales y de cabeza.

Motor

Aunque ambos tienen en común que se trata de motores de gasolina de cuatro cilindros, presentan importantes diferencias en lo que se refiere a su arquitectura.
Fiel a su tradición, Subaru recurre a un bloque de aluminio de cuatro cilindros opuestos horizontalmente que, respecto su predecesor, presenta un doble árbol de levas en cada culata y un sistema de distribución variable (denominado AVCS) que consigue aumentar el rendimiento de los 125 CV de la anterior entrega a los 158 de ésta.

Los ingenieros de la marca han logrado también aumentar el equilibrio rotacional y reducir el nivel de vibraciones del propulsor. Además, presenta un sistema secundario de aire en la salida de escape de los cilindros que permite optimizar la combustión y reducir el nivel de emisiones de dióxido de carbono. Por su parte, el Skoda monta un bloque más convencional en su arquitectura, con cuatro cilindros en línea, aunque alimentado por inyección directa de gasolina.

Este propulsor ofrece un rendimiento de 150 CV y una cifra de par de 200 Nm, ligeramente por encima de la que consigue el Forester, si bien, en la práctica, el japonés se muestra más elástico y cuenta con una banda de utilización realmente amplia, que va desde las 2.000 a las casi 7.000 vueltas. En cuanto a los consumos, ambos se sitúan por debajo de los 10 litros, pero es el Skoda el que se muestra más ahorrador, con unas cifras homologadas de 8,4 litros cada 100 kilómetros, frente a los 9,3 del Subaru en circuito combinado.

Transmisión

Estos dos modelos montan sendas cajas de cambios manuales, de seis relaciones el Skoda y de cinco el Subaru. Sólo hasta aquí llegan las similitudes en este apartado entre ambos, ya que para repartir la fuerza generada por el motor ofrecen soluciones dispares.

El modelo japonés mantiene un reparto constante del 50% del par para cada eje mediante un acoplamiento viscoso central, y tan sólo se apoya en un autoblocante trasero para equilibrar las posibles pérdidas de tracción. Eso sí, dispone de la clásica reductora, muy útil para franqueos puntuales o para realizar labores de arrastre.
En el caso del Skoda, la falta de adherencia del eje anterior se solventa mediante un embrague Haldex adosado al eje trasero.

Este dispositivo está gobernado por una unidad de control electrónico que evalúa toda la información necesaria, como las evoluciones de las ruedas, la posición del pedal del acelerador, las revoluciones del motor o el programa del ESP. Ante la diferencia de giro de los ejes de entrada y salida que llegan al dispositivo, una bomba genera la presión necesaria para que los discos se peguen, transfiriendo el par a las ruedas traseras. Esta solución ocupa poco espacio, es eficaz y resulta más económica que otras de similar resultado.

Suspensiones

Para el tren delantero, los dos modelos recurren a sendos esquemas independientes de tipo McPherson, y mientras que para el eje trasero el Forester lo mantiene, el Octavia recurre a una arquitectura de tipo multibrazo (uno transversal y tres longitudinales) dotada de un leve efecto direccional que ayuda a mantener la trayectoria del vehículo.

En este caso, amortiguadores, muelles y estabilizadoras presentan diferencias respecto al Octavia de tracción delantera.
En cuanto al equipo de frenos, ambos disponen de discos ventilados en el tren delantero, mientras que el Subaru detrás monta tambores, por discos macizos el Skoda (que es casi 100 kilos más pesado), y ambos disponen de ABS y distribuidor electrónico de frenada.

Comportamiento

Tanto Forester como Octavia Combi están concebidos para rodar sobre firmes de escasa adherencia como son carreteras mojadas, nevadas e incluso con barro. Aquí se muestran ágiles y dinámicos y los motores cumplen sobradamente ya que la «ligereza» de los conjuntos les otrogan unas favorables relaciones entre peso y potencia, nunca superiores a los diez kilos por CV.

En este sentido, hay que destacar el equilibrio general del Subaru; con un reparto de masas perfecto y una dirección suave y precisa, es un dechado de nobleza, por lo que no resulta extraño que carezca de ayudas electrónicas. Realmente no se echan en falta.

El Octavia no le va a la zaga y es también un ejemplo de dinamismo, ayudado por el cambio de seis marchas y un eficacísimo sistema de tracción donde se complementa a la perfección el embrague Haldex con una larga lista de dispositivos electrónicos. Con todo ello consigue que las pérdidas de tracción sean mínimas gracias a la rapidez con la que entra en funcionamiento el sistema cuando detecta falta de motricidad.
Fuera del asfalto, los caminos en buen estado también son el hábitat natural para ambos modelos.

Circular por pistas a buen ritmo con estos vehículos resulta incluso divertido gracias a la carencia de entrometidas ayudas electrónicas en el caso de Subaru y a la posibilidad de desconectarlas en el del Skoda. Los retos más trialeros son coto vedado para estos todocamino, especialmente para el Octavia. Y es que, a pesar de mejorar la altura libre de la versión de tracción delantera en tres centímetros, sigue quedando en unos pobres 16,5 centímetros, insuficientes para la mayoría de franqueos, sobre todo cuando los voladizos también son considerables.

Y aunque es una pena, porque el coche tracciona muy bien, hay que ser conscientes de que este vehículo no ha sido concebido para tales empresas.
Por su parte, el Subaru cobra ventaja en estos terrenos gracias a sus cotas más favorables y a su reductora, que en determinados momentos resulta muy útil. Pese a no contar con la electrónica, el Forester hace valer sus 158 CV, su reparto fijo al 50% y un eficaz autoblocante trasero para mostrar unas sorprendentes capacidades semitrialeras.

Los rivales

Honda CR-V 2.0 V-TECCon un aspecto más todoterrenero que el Subaru y el Skoda, las cifras arrojadas por este modelo son calcadas a las de nuestros protagonistas y el acabado básico LX está en precio respecto a éstos. Motor: 1.998 cm3 Potencia: 150 CV a 6.500 rpm. Par: 192 Nm a 4.000 rpm Reductora: no Velocidad máxima: 177 km/h Precio: Desde 25.600 euros. Toyota RAV4 2.0 VVT-iCon más empaque estético, a pesar de ser más corto que otros modelos de su clase, el RAV4 ha perdido capacidades en campo en favor de un mayor dinamismo sobre el asfalto. Motor: 1.998 cm3 Potencia: 152 CV a 6.000 rpm Par: 195 Nm a 4.000 rpm Reductora: No Velocidad máxima: 185 km/h Precio: Desde 26.100 euros.

Datos Oficiales

Ficha técnica

Equipamiento

Prestaciones

Consumo

Valoración

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