Y con una baza añadida: el 2.0 adapta una caja de cambios con reductora. Su punto flaco, sin embargo, era una estética poco sugerente. Había que hacer algo al respecto: un frontal más agresivo, pasos de rueda más amplios y vías más anchas son algunos de los cambios más destacables.
Por dentro
Lo primero que se hace evidente es el nuevo tablero en forma de T y la plateada consola central. Las puertas delanteras, desprovistas de marcos para las ventanillas, disponen de redes portaobjetos. Y hay otros muchos espacios destinados a este fin: sobre el salpicadero, entre los asientos, en el techo, en el lateral del túnel central, en los laterales del maletero y bajo éste, además de la guantera de gran volumen. El volante es regulable en altura, y los asientos delanteros también -además de en inclinación de la banqueta- por lo que es muy fácil ajustar la postura de conducción. Pero también hay cambios atrás: 25 mm más de distancia para las piernas, a costa de una ligera merma en el maletero.
Cómo va
La versión atmosférica de 125 CV es la única que dispone de caja con reductora. Esta ventaja, combinada con una elasticidad proverbial, la tracción total permanente -ahora más suave y silenciosa-, el hill holder -un dispositivo que sujeta el coche para facilitar el arranque en rampa- y la revisada geometría de suspensiones, hace que el nuevo Forester se mueva casi con igual soltura por caminos de dificultad media que por el asfalto.
En ciudad, se mueve con gran facilidad gracias a una dirección muy suave y progresiva, a la gran visibilidad y a sus dimensiones relativamente compactas.
En carretera, es apreciable el compromiso logrado en las suspensiones. La frenada, excelente gracias a los discos ventilados y al ABS.
En autopista, el funcionamiento es irreprochable. La puesta a punto del motor y una aerodinámica más favorable han contribuido a mejorar también el consumo.
En pistas rápidas, se deja notar ligeramente el flaneo de unos neumáticos de carcasa más bien blanda, pero el agarre y la frenada son más que suficientes.
En caminos rotos o de firme irregular vale la pena insertar la reductora; no es tan extrema como en un puro TT pero facilita las cosas.
En trial, el equilibrado funcionamiento del motor (con nuevo volante de inercia) permite avanzar a marcha increíblemente lenta sin tirones ni protestas.
Veredicto
Se trata de una de las opciones más razonables de toda la oferta de Sport Utility Vehicles (SUV), tanto por definición como por funcionalidad, prestaciones y confort. Conducirlo es una auténtica delicia; merece la pena conocer a un gran ‘extraño’ de nuestro mercado.
Lo que otros no te cuentan.
El Forester es un valor seguro. La agilidad congénita del modelo -motivada por la excepcional respuesta del motor, la rapidez de reacciones, la rotunda frenada (gracias a cuatro discos ventilados regulados por ABS y EBD)- no sólo hace agradable la conducción: es una garantía de seguridad activa. La pasiva se confía a una robusta estructura de anillos denominada TPS -Total Protection System-, pensada para superar las más severas pruebas de choque.
Rivales
Un todo camino light. El Honda HR-V es un atractivo modelo que ofrece una versión comparable al Subaru: se trata de la carrocería de cinco puertas equipada con el motor 1.6 16V de 125 CV y tracción total acoplable de forma automática; respecto al Subaru no cuenta con la ayuda de una caja de reductoras, lo cual lo hace menos eficaz fuera de carretera. Su precio es de 20.500 euros.
También familiar… Skoda ofrece su modelo Octavia Combi equipado con un sistema de tracción total que funciona de forma automática -en circunstancias normales transmite la fuerza al eje delantero, pero cuando nota una pérdida de tracción, envía fuerza a las ruedas posteriores- pero no tiene reductora. La versión equivalente al Forester equipa un motor 2.0 de 115 CV. Su precio es de 21.250 euro.
Ficha técnica y gama
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